La empresa especializada en soluciones en madera para la construcción sostenible FINSA ha sometido a evaluación su producto más vendido mediante el exigente programa en salud y verificación de análisis de integración en el ciclo de economía circular, en colaboración con Eco Intelligent Growth (EIG), obteniendo la certificación Cradle to Cradle Certified Bronze para una gama de 5 familias de tablero desnudo de la marca.
EIG, asesor de innovación en economía circular y única empresa acreditada para la evaluación de productos en la península ibérica, ha trabajado durante un año junto a FINSA para alcanzar este objetivo.
Cradle to Cradle y economía circular
En abril de 2018 FINSA inició su colaboración con EIG, con el objetivo de incorporar los principios Cradle to Cradle y de economía circular. Los tableros de FINSA tienen innumerables aplicaciones, por lo que un cambio positivo en sus cualidades saludables facilita un cambio exponencial. Por ello, FINSA decidió optar por evaluar sus tableros de madera en términos de economía circular a través del exigente programa de evaluación de productos para la economía circular Cradle to Cradle Certified.
Si bien la empresa ya cuenta con Declaraciones Ambientales de Producto, la Ecoetiqueta Europea, y cumple con normas ISO, la salud y la capacidad de integración en la economía circular de los paneles no estaba plenamente contemplada. FINSA y EIG han trabajado durante un año para identificar los componentes del producto investigando a lo largo de la cadena de suministro hasta obtener la certificación Cradle to Cradle Certified Bronze para una gama de 5 familias de tablero desnudo, fabricadas en 3 de sus 7 fábricas.
Producción responsable de madera
FINSA, conscientes del vínculo que su actividad tiene con el medioambiente, ha vertido sus esfuerzos en garantizar una gestión responsable de la madera que utilizan en la producción.
Desde hace años procuran un abastecimiento de maderas de origen controlado y responsable, prefiriendo aquellas provenientes de explotaciones PEFC y FSC. Toda la producción proviene del entorno próximo a las fábricas, aprovechando también restos y remanentes de productores vecinos.
Por otro lado, a través de sistemas de cogeneración, FINSA ha logrado optimizar al máximo la demanda energética en sus instalaciones.