En el reciente informe de evaluación emitido por el BPIE (Buildings Performance Institute Europe) en el que se valoran todas las estrategias para la rehabilitación de edificios remitidas a la Comisión Europea, España destaca con una nota de sobresaliente por la elaboración de la ‘Estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación en España’ (ERESEE 2020).
BPIE, grupo de expertos europeo sin ánimo de lucro especializado en analizar y difundir buenas prácticas en relación con la formulación de políticas basadas en el rendimiento energético en los edificios, señala en su informe que más de la mitad de los Estados miembros llevan seis meses de retraso en remitir sus estrategias, y que de aquellas que sí se han remitido, solo hay una que cumple completamente con la legislación de la UE: la española.
Importancia de las estrategias de rehabilitación
Las estrategias de rehabilitación a largo plazo ofrecen oportunidades para descarbonizar el sector de la construcción, mejoran las condiciones de vida y de trabajo de los ciudadanos de la UE, reducen la contaminación del aire y la pobreza energética, y apoyan la recuperación económica a través de nuevos puestos de trabajo locales.
Las estrategias a largo plazo sobre la rehabilitación de Austria, Chipre, Chequia, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Luxemburgo, Países Bajos, Bélgica (Flandes y Bruselas) y Suecia, únicos países que junto con España remitieron sus planes estratégicos, son deficientes en el cumplimiento de la Directiva de eficiencia energética en edificios de la UE 2018/844/EU (EPBD). Todas, menos la ERESEE de España, son deficientes en muchas áreas, como en la evaluación de los amplios beneficios de la rehabilitación de los edificios, en la presentación de los detalles de implementación de las estrategias de rehabilitación de 2017, o en la consulta pública sobre la estrategia y su implementación.
La CE asegura que para alcanzar un objetivo climático más ambicioso para 2030, con una reducción de las emisiones de al menos un 55%, la tasa de rehabilitación energética anual en Europa debe duplicar la actual (del 1%). Oliver Rapf, director ejecutivo de BPIE, afirma que las demoras en la presentación y el incumplimiento de la EPBD podrían poner en peligro las reducciones de emisiones de los edificios, sector que actualmente representan el 40% de la energía total consumida.
Además, los Estados miembros que aún no cuentan con una estrategia completa podrían perder la oportunidad de acceder a nuevos fondos del Mecanismo de recuperación y resiliencia de la UE para ayudar a financiar su implementación.
Por otro lado, una demora en la presentación de las estrategias obstaculiza y ralentiza el trabajo de la Comisión Europea, que todavía carece de un panorama completo y actualizado de los avances (y planes futuros) en la rehabilitación de edificios en cada país de la UE. Una descripción completa de las estrategias de los Estados miembros hubiera sido la contribución ideal para la ‘Ola de rehabilitación‘ de la CE.
Evaluación del BPIE sobre las estrategias nacionales
El BPIE señala cuáles son los requisitos principales que cada estrategia presentada debía reunir según marca el Artículo 2bis de la EPBD. Entre otros requisitos, las estrategias deben presentar un resumen del parque edificado nacional, un enfoque rentable de la rehabilitación considerando posibles puntos de activación relevantes, una descripción de las políticas y acciones para estimular la rehabilitación integral rentable, e iniciativas nacionales para promover tecnologías inteligentes y edificios y comunidades bien conectados. El texto debe reflejar una estimación basada en evidencias de los ahorros energéticos esperados y de sus beneficios conseguidos, un mapa de ruta con medidas e indicadores de progreso con vistas a los objetivos a 2050 para la reducción de emisiones, e incluir un resumen de los resultados de la consulta pública.
En base a estos requisitos, el BPIE explica que solo una estrategia (de las presentadas hasta ahora), la de España, cumplía plenamente el artículo 2bis, mientras que Flandes (Bélgica) ha sido parcialmente deficiente solo en el ámbito de la consulta pública.
La puntuación promedio más baja, en general, se ha dado en el requisito de proporcionar detalles de la implementación de la estrategia, ya que la mitad de todas las estrategias no abordaron el tema, de la misma forma que la obligación de informar sobre la consulta pública también se abordó deficientemente. Dos estrategias (Bruselas y Chequia) omitieron esto por completo, mientras que muchas no detallaron cómo se llevarían a cabo las consultas en curso.
La mayoría de las estrategias informaron de manera adecuada sobre los ahorros energéticos esperados tras la aplicación de sus estrategias, pero no cuantificaron los beneficios más amplios asociados, como los relacionados con la salud, la seguridad y la calidad del aire.
Sobre el uso de los puntos de activación para la rehabilitación, no todas las estrategias los identifican y presentan claramente en sus documentos. Algunos Estados miembros los utilizan para diseñar medidas políticas específicas para aumentar las rehabilitaciones energéticas, pero otros no hacen un esfuerzo adicional para vincularlos con un requisito claro para llevar a cabo las actualizaciones.
Si bien los Estados miembros en general han proporcionado detalles razonables sobre sus políticas de rehabilitación (existentes o propuestas), pocos las han orientado explícitamente a lograr una rehabilitación profunda, descrita así por la CE para referirse a una renovación que conduce a una mejora significativa de la eficiencia, generalmente de más del 60%.
Con respecto a las políticas y acciones dirigidas a todos los edificios públicos, muchos Estados miembros no son explícitos sobre la cobertura de sus políticas.
Por otro lado, el BPIE destaca, como se ve en la imagen anterior, las estrategias de ciertos países que merecen ser destacadas por el desempeño general o por secciones que se abordaron particularmente bien.
En el caso de España, el BPIE califica la ERESEE como ‘una estrategia excelente, detallada y ambiciosa’, que proporciona una completa información y análisis de todos los aspectos del parque edificado y del mercado de rehabilitación antes de elaborar la amplia lista de políticas y acciones diseñadas para impulsar el sector hacia la eficiencia energética y la descarbonización.
La estrategia española, tal y como indica el informe del BPIE, apunta a una reducción del 99% en emisiones de GEI para 2050 en comparación con las actuales del sector residencial, aunque no se proporciona para el sector no residencial. Todos los temas del Artículo 2bis están bien cubiertos, con respuestas ejemplares. Estas incluyen la descripción general del parque de edificios, enfoques rentables para la rehabilitación, políticas, movilización de la inversión, los ahorros y beneficios esperados y una revisión del progreso en la implementación de la estrategia del 2017. La única deficiencia de la ERESEE 2020, señala el informe, es la ausencia de detalles sobre las modalidades de consulta inclusiva durante la implementación de la estrategia.
Análisis de la rehabilitación en España
Para la elaboración de la ERESEE 2020, se desarrolló un proceso de información pública, y también se realizaron diversos estudios e informes de apoyo sobre temas específicos (demanda energética en viviendas, tipologías y prospectiva de sistemas de calefacción en residencial y terciario, potencial solar, financiación y prácticas innovadoras en Europa y en España, impacto macroeconómico, etc.).
Parte del documento de la ERESEE 2020 hace un amplio análisis sobre la evolución de la rehabilitación edificatoria en España, destacando el notable crecimiento entre los años 2017 y 2019.
Asimismo, se analizan los retos de la rehabilitación en relación con la arquitectura y la habitabilidad, la necesidad de ampliar el enfoque desde la escala del edificio a la escala urbanística, enmarcando las actuaciones de rehabilitación en las de regeneración urbana y transformación de la ciudad; y se analiza la relación entre rehabilitación, arquitectura y financiación de las actuaciones, mediante la obtención de plusvalías urbanísticas y otros mecanismos complementarios.
El documento hace también un repaso de la evolución de las exigencias en la normativa española sobre la seguridad frente al fuego, detallando el comportamiento frente al fuego de los distintos materiales y sistemas constructivos de las fachadas existentes y de las nuevas soluciones. También refleja los resultados de un estudio sobre el potencial de la energía solar térmica y fotovoltaica en los edificios residenciales, que constata que se podría cubrir totalmente (100%) la demanda eléctrica anual de viviendas unifamiliares y edificios residenciales de hasta 3 plantas.
La fachada se plantea como el elemento arquitectónico con mayores posibilidades desde el punto de vista de mejora de la eficiencia energética, mediante la instalación de aislamiento, la renovación de las carpinterías y vidrios de los huecos o la colocación de dobles ventanas. El texto también incide en la consideración del comportamiento respecto al riesgo de incendio de los nuevos sistemas en fachada para la mejora de la eficiencia energética. En cuanto a las cubiertas y azoteas, no sólo ofrecen la posibilidad de mejorar la eficiencia energética, sino que pueden también convertirse en espacios para la instalación de nuevos sistemas de climatización y la implantación de energías renovables.
Todos los retos deben ser abordados desde una perspectiva integrada, por lo que el Mitma propone una lectura de las interrelaciones entre los principales factores que inciden en la rehabilitación en la escala del edificio, desde la perspectiva municipal y desde la autonómica, a partir de los 3 elementos clave: planificación, gestión, financiación, que configuran el “triángulo” de la rehabilitación.
Diagnóstico del parque edificado
Para poder llevar a cabo la propuesta de medidas para conseguir la descarbonización en el año 2050, la Estrategia realiza primero un amplio diagnóstico sobre el parque residencial español, analizándolo según: su ocupación, edad de edificación y tamaño; régimen de tenencia y tamaño del municipio; sistema de calefacción y la fuente de energía empleada para ello; y las principales tecnologías para el sector residencial definidas por el PNIEC. Con estos datos se ha procedido a segmentar el parque edificado en ‘clústeres tipológicos’, es decir, grupos que presentan problemáticas similares (deficiencias en la conservación, accesibilidad y eficiencia energética) que requieran conjuntos de actuaciones similares (denominados en la ERESEE como ‘menús de intervención’).
Por otro lado, las diferentes zonas climáticas y el consumo de energía se han utilizado en toda la Estrategia para proponer los distintos enfoques de rehabilitación y evaluar económicamente las diferentes opciones de intervención.
Estimación de la evolución energética
Aplicando las medidas establecida en la ERESEE 2020, se estima una reducción del consumo de energía en el sector residencial de 64.154 GWh para el año 2050, equivalente a una reducción del 37,3% respecto al consumo de 2020. Desglosado en décadas, sería como sigue: el objetivo de ahorro de -26.394 GWh para la década 2020-2030 supone una reducción del 15,7% sobre el consumo de 2020; el de la década 2030-2040 del -15,0% sobre 2030; y el de 2040-2050 del -12,5% sobre 2040.
Respecto a las emisiones, se espera una reducción del 98,8% respecto a 2020, es decir, la práctica descarbonización total en el año 2050. Para el sector terciario se estima una reducción del consumo de 47.395 GWh, equivalente a una reducción del 36% respecto al consumo de 2020.
Los ahorros previstos se concentran en una pequeña parte en la iluminación (donde el consumo estimado en 2050 es aproximadamente la mitad del de 2020) y, sobre todo, en los usos de calefacción y ACS, cubriendo estos tres usos el 96,4% de los ahorros totales.
Propuestas y criterios para la reducción del consumo energético
Para conseguir los objetivos de reducción del consumo energético para climatización y ACS en las viviendas, se tienen en cuenta los factores que determinan dicho consumo energético, que son: el uso y la gestión del edificio y de sus elementos y sistemas; la demanda energética; la eficiencia de las instalaciones de clima que satisfacen la demanda de confort; y la fuente de energía.
La Estrategia establece un orden de intervención racional de actuaciones. El primero es el factor ‘Racionalización del uso y gestión’, que depende de la concienciación del usuario (mediante acciones formativas, sensibilizadoras y penalizando los consumos excesivos). El segundo es la demanda energética, que se aborda mejorando su aislamiento térmico (fachada, cubierta y carpinterías) y la ventilación.
El texto detalla, como tercer factor, la forma de abordar la mejora de la eficiencia de las instalaciones térmicas mediante la sustitución de equipos existentes. El cuarto factor es la implantación de energías renovables y residuales, apartado en el cual se exponen una serie de consideraciones y recomendaciones para realizar la elección óptima de la fuente de energía en cada caso (biomasa, energía solar, o bomba de calor).
Selección de los paquetes de rehabilitación
Entre los estudios previos para la actualización de la Estrategia se ha realizado uno específico titulado “Aproximación a la demanda energética residencial para calefacción en España”. En este estudio se ha clasificado el parque residencial en base a 15 clústeres, cruzado con 3 variables (tipología de vivienda, número de plantas y etapa constructiva) y basándose en el cálculo del balance energético. El estudio analiza las mejoras debidas a las actuaciones de rehabilitación sobre la envolvente del edificio, e identifica los grupos de viviendas con potencial de rehabilitación, ordenadas por su eficiencia energética. Se analiza la inversión económica necesaria y el correspondiente ahorro energético conseguido, cuantificando así la rentabilidad de las intervenciones.
ERESEE selecciona como “Paquete de Rehabilitación de Envolvente Prioritaria” unos 7,1 millones de viviendas, cuya rentabilidad está comprendida en torno al umbral de eficacia de 6 €/kWh, siendo el grupo de viviendas que presenta mayor eficacia energética, y por lo tanto, mayor potencial de mejora por cada euro invertido a partir de la rehabilitación de la envolvente. Así, se seleccionan qué viviendas se rehabilitan en el período 2020-2030 y cuáles entre 2030 y 2050. Para ello se analizan tres escenarios diferentes, y se realiza un análisis microeconómico para mostrar la viabilidad de los esquemas de financiación teniendo en cuenta los ahorros energéticos y las ayudas públicas.
La rehabilitación de los 7,1 millones de viviendas rebajaría el consumo unitario hasta unos 12 kWh/m2. El parque de nueva construcción entre 2020 y 2050 alcanzaría 3,9 millones de viviendas, siendo todas ellas ya edificios de consumo de energía casi nulo.
Las actuaciones sobre las instalaciones y envolvente (sustitución de ventanas, aislamiento de cubiertas, etc.) llevadas a cabo entre 2020 y 2050 podrían conseguir consumos unitarios muy reducidos similares a los de las viviendas rehabilitadas en profundidad.
En cuanto a las emisiones de CO2, la Estrategia estudia también cómo los usos de calefacción y ACS comprendidos en la ERESEE satisfacen por sí solos la práctica totalidad de los objetivos fijados para el sector residencial por el PNIEC y la ELP 2050.
La ERESEE evalúa también los escenarios en el sector terciario público y privado, analiza las actuaciones, expone los datos de ahorro energético y establece las recomendaciones sobre el grado de intervención de aquí a 2030 y a 2050 para cada tipología.
Asimismo se analiza el impacto socioeconómico de un escenario que incluye la rehabilitación de la envolvente térmica y la sustitución de instalaciones térmicas en el sector residencial en el periodo 2021-2030, calculando los supuestos ahorros en la factura energética, el impacto sobre el PIB y el empleo, y el impactos sobre las cuentas de las Administraciones Públicas. También realiza un estudio sobre el impacto y los beneficios de la rehabilitación energética en las viviendas sobre la calidad del aire interior, las condensaciones y la salud de las personas.
Implementación de medidas
Para la implementación, ERESEE propone una extensa lista de medidas y ejes de acción para alcanzar los objetivos de rehabilitación analizados a lo largo de toda la Estrategia, que abarcan las estructuras administrativas, la coordinación interministerial y la implicación de las comunidades autónomas y administraciones locales. Se proponen medidas para el desarrollo normativo y la eliminación de barreras en el ámbito estatal, autonómico y local, así como para el desarrollo de modelos de financiación, formación y fomento de la rehabilitación.
Entre estas medidas destacan el impulso de la investigación, la arquitectura bioclimática para la mitigación y adaptación al cambio climático, los modelos de redes de energía distribuida a nivel de barrio y de edificio, el fomento del autoconsumo, la revalorización de la Certificación Energética de Edificios, el uso colectivo de instalaciones de energías renovables eléctricas y térmicas a través de comunidades de energías renovables, o la generación de un sello de ‘Municipio Sostenible’, por nombrar solo algunos.