Con el objetivo de aunar a empresas e instituciones que buscan impulsar la construcción industrializada, nace la Plataforma para la Industrialización de Viviendas (PIV) de la mano de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (ASPRIMA). PIV es una iniciativa sin ánimo de lucro que ha sido creada para compartir conocimientos y trabajar conjuntamente en el posicionamiento estratégico de este sistema de edificación que está revolucionando la manera de construir viviendas.
Más de 40 compañías forman parte de la Plataforma, entre las que se encuentran promotoras, constructoras, empresas especializadas en construcción industrializada, asociaciones y empresas de componentes, así como estudios de arquitectura e ingeniería.
Sistema de construcción sostenible para reactivar la construcción
Según la Plataforma, la industrialización inmobiliaria es uno de los grandes revulsivos para reactivar la construcción y la promoción de viviendas tras la crisis ocasionada por el COVID-19. Esta modalidad constructiva es más sostenible que la construcción tradicional al generar menos residuos, más segura ya que se desarrolla en fábricas y se producen menos accidentes laborales y más inclusiva, al atraer a colectivos que actualmente se encuentran fuera del sector de la construcción, como las mujeres y los jóvenes, principalmente.
Tradicionalmente, la construcción de viviendas se ha caracterizado por mantenerse invariable en el tiempo: la forma de construir es similar en la actualidad a la de hace 50 años. Esto provoca que sea un sector intensivo en mano de obra y sin apenas modernización de la estructura productiva, lo que redunda en los extremadamente largos tiempos de ejecución del producto, en torno a 18 meses. Adicionalmente, genera un mayor consumo de recursos (30%) y de residuos (35%) del total de la economía.
Menos tiempo y residuos, mayor calidad
La construcción industrializada reduce los tiempos de construcción en aproximadamente un 50%, lo que beneficia tanto a la empresa constructora y promotora como al cliente final, ya que se acortan los plazos de entrega. Además, aumenta la calidad de la ejecución de la vivienda y reduce su mantenimiento, al ejecutarse en un entorno controlado en comparación a las condiciones extremas que se dan en una obra de construcción tradicional. Asimismo, esta tipología de construcción disminuye los accidentes laborales en un 20%, aproximadamente, al ir equiparando las características de las condiciones laborales y procesos al sector industrial.
PIV considera fundamental que España se aproxime a los niveles de construcción industrializada de otros países europeos, como Alemania, donde el 9% de la construcción de vivienda es prefabricada; Suecia, donde este tipo de construcción alcanza ya casi la totalidad de la producción; Holanda, con un 50%, o Reino Unido, con cerca del 7%. En nuestro país, la construcción industrializada de vivienda no alcanza ni el 1%.
La industrialización de los edificios permite un consumo óptimo de materias primas, reduciéndose las mermas y los residuos desde un 7% a un 1,5% con la ventaja de que estos pueden ser reciclables de forma efectiva y con facilidad en fábrica.
Además, según la Plataforma, la vivienda industrializada sería susceptible de exportación gracias a que los costes de construcción en España de esta tipología de vivienda son inferiores a los costes de los países del norte de Europa, incluyendo los gastos de transporte hasta el país de destino.