El Ayuntamiento de Barcelona pone en marcha el programa de Superilles (super manzanas) en la zona del Eixample para hacer una ciudad más saludable sostenible y segura. En los próximos años este modelo se extenderá a diferentes áreas de manera gradual y participativa, con la creación de una red de 21 ejes verdes nuevos, y 21 plazas de barrio que permitirán ganar 33,4 ha de espacio para viandantes y 6,6 ha de verde urbano.
El objetivo es que en el Eixample una de cada tres calles sea un eje verde y que los vecinos tengan un eje verde o plaza a un máximo de 200 m de distancia. Este nuevo modelo de Superilla actualiza el plan Cerdà del siglo XIX (plan de reforma y ensanche de Barcelona) y lo traslada al futuro de la ciudad.
El pasado mandato fue cuando se comenzó a desplegar el programa Superilles, con el objetivo de priorizar espacios verdes y la movilidad sostenible, favoreciendo la interacción ciudadana y el comercio. Las de los barrios Poblenou, Sant Antoni y Horta son experiencias consolidadas que han permitido mejorar la contaminación (hasta un 33% menos de emisiones de NO2) y la actividad comercial (un 30% más).
La zona del Eixample tiene una densidad de población muy alta, unos niveles de tránsito y contaminación elevados y una falta de espacios verdes y confortables. El Eixample se considera el centro de la Barcelona metropolitana, y es por eso que mejorarlo significa beneficiar al conjunto de toda la ciudad.
Dos concursos públicos para crear los espacios verdes
El primer paso para ello es el lanzamiento de dos concursos públicos. El primero para convertir cuatro calles en ejes verdes: Consell de Cent, Girona, Rocafort y Comte Borrell; y el segundo para crear las primeras cuatro plazas que se encontrarán en los cruces de Consell de Cent-Rocafort, Consell de Cent-Comte Borrell, Consell de Cent-Enric Granados y Consell de Cent-Girona. Estas primeras intervenciones modificarán 4,65 km y 10,35 ha de vías, donde la vegetación y los peatones serán los protagonistas, y 0,8 ha de superficie en las nuevas plazas.
Los ganadores de los concursos definirán el modelo de calle del siglo XXI que se implantará progresivamente en el resto de la ciudad, que priorizará al viandante, el recreo, las zonas verdes y la biodiversidad.
La previsión es que los proyectos se redacten a partir del mes de mayo y las obras se inicien el primer trimestre de 2022 con una inversión de 37,8 millones de euros.
Criterios sostenibles de las convocatorias
Las propuestas tendrán que cumplir criterios de sostenibilidad, accesibilidad, eficiencia energética, mobiliario urbano inclusivo y materiales de bajo impacto ambiental.
El nuevo modelo de calles deberá generar espacios de paso, que faciliten el juego infantil, que favorezcan el comercio de proximidad y que permitan tener también espacios flexibles que puedan acoger usos ocasionales diversos como ferias, conciertos y otros actos.
Se incrementará al máximo la presencia de vegetación. Como mínimo el 20% de la superficie urbana deberá ser permeable (no pavimentada) y, de esta, la mitad deberá contener árboles. Se garantizará la sombra en verano como mínimo en un 80% de la superficie y se contemplará la posibilidad de ubicar estructuras de sombra que puedan además generar energía. Se prevé también la instalación de nuevas fuentes de agua y la iluminación se adecuará a nuevos usos.
Se impulsarán soluciones innovadoras tanto en lo que respecta al uso de nuevos materiales como a las soluciones constructivas y elementos urbanos. Se utilizará mobiliario urbano inclusivo y soluciones y materiales de bajo impacto ambiental. En cuanto a la accesibilidad, se dará protagonismo al espacio de los viandantes, la vegetación y usos cívicos, garantizando la accesibilidad de los servicios necesarios. Los nuevos ejes verdes serán respetuosos con el patrimonio y estilo propio del paisaje urbano, integrando los elementos patrimoniales y arqueológicos de la edificación actual.