Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), junto con diversas empresas del sector de la construcción, están desarrollando un proyecto para fabricar hormigones sin cemento que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Junto a la UPCT trabajan en el proyecto el Centro Tecnológico de la Construcción de la Región de Murcia y varias empresas. Esta investigación se enmarca dentro del proyecto REINE para el desarrollo de hormigones de bajas emisiones de CO2.
El proyecto responde al objetivo de ‘Una nueva manera de hacer Europa’ de la Comisión Europea y está financiado en un 80% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) a través del programa Ris3Mur de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia (CARM) en la línea del Reto Social de Salud y Sostenibilidad de Recursos Naturales, y en un 20% por fondos propios de la Consejería de Desarrollo Económico, Turismo y Empleo de la CARM.
Desarrollo del nuevo hormigón sostenible
Estos productos respetuosos con el medio ambiente tendrán una baja huella de carbono en comparación con el hormigón convencional, pues necesitarán un consumo de energía mucho menor para su fabricación.
Para desarrollar este nuevo material se utilizarán los conocidos como hormigones geopoliméricos, que emplean materiales de desechos industriales y urbanos. El objetivo es avanzar en el camino de la descarbonización y la mejora de la sostenibilidad. Además, la valorización de los residuos contribuirá al desarrollo de la economía circular.
La fabricación de cemento genera el 8% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono y el 5% del CO2 generado anualmente en España, dado que uno de sus principales ingredientes, el clínker, necesita cocerse a temperaturas de 1.400 ºC, según explica la investigadora responsable del proyecto, Isabel Miñano (UPCT). No obstante, el grupo de investigación Ciencia y Tecnología Avanzada de la Construcción de la UPCT apunta que la solución no es dejar de utilizar el hormigón, ya que es un material relativamente accesible que permite el acceso a la vivienda y a múltiples servicios, posee una elevada resiliencia frente a catástrofes naturales y es resistente al paso del tiempo.
Para intentar hacer compatibles las ventajas constructivas del hormigón y la protección del medio ambiente, los investigadores de la UPCT y las empresas del sector se han propuesto fabricar hormigones sin cemento portland, el utilizado habitualmente para fabricar el hormigón, de modo que se reduzca la elevada huella de carbono asociada a la construcción y se fomente una forma sostenible de edificar.