La Comisión Europea ha publicado un análisis preliminar de las estrategias de rehabilitación a largo plazo presentadas por 13 estados miembros. El objetivo del análisis es difundir las buenas prácticas de las políticas y medidas propuestas por los gobiernos nacionales. La actualización del Código Técnico de la Edificación (CTE) y el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), así como las nuevas normativas de autoconsumo y de comunidades energéticas, son algunas de las buenas prácticas legislativas de la estrategia española que se destacan en el informe.
En virtud de la Directiva de eficiencia energética de los edificios de 2018, todos los países de la UE debían presentar a la Comisión una estrategia de rehabilitación a largo plazo (la ERESEE 2020 en España) que describiera planes para la rehabilitación de su parque de edificios para mejorar su eficiencia energética en 2050. Algunos de ellos se superponen con los planes nacionales integrados de energía y clima (PNIEC) para alcanzar los objetivos climáticos en 2030.
El documento publicado por la CE cubre las estrategias ya presentadas a la Comisión Europea, y una vez que el resto de países envíen sus estrategias se realizará un análisis actualizado que cubra las presentaciones restantes. Este análisis también se incorporará a la implementación de la estrategia Renovation Wave, el análisis en curso de la Comisión de los planes nacionales de recuperación y resiliencia y ampliará el trabajo para promover la eficiencia energética.
Estrategias nacionales de eficiencia energética
El análisis de la CE contiene una evaluación general de las diferentes estrategias, enumera las medidas planificadas y analiza cada una por separado siguiendo una plantilla común. Observa, por ejemplo, que los sistemas neerlandés, danés y francés prevén algún tipo de normas mínimas obligatorias de eficiencia energética, mientras que Dinamarca, Austria, Chipre y Estonia tienen la intención de reforzar el sistema de certificados de eficiencia energética.
Con respecto a la pobreza energética, el documento toma nota de la estrategia nacional de pobreza energética de España, con su programa Bono social y el esquema Better Energy Warmer Homes, que proporciona mejoras gratuitas de eficiencia energética a los hogares donde se recibe un pago de bienestar social. En Francia, el Observatorio Nacional de Pobreza Energética (ONPE) monitoriza la pobreza energética mediante un cuadro de mando anual.
Muchos estados miembros, como Austria, Dinamarca, Finlandia, Francia, Irlanda, Luxemburgo y Países Bajos, se centran en eliminar gradualmente el uso de carbón y petróleo para la calefacción. Francia ha puesto en marcha un conjunto completo de programas de (re) formación en el sector de la construcción, mediante cursos online para expertos, con el objetivo de obtener cualificaciones certificadas. Por su parte, Dinamarca prevé la creación de un centro de conocimientos para el ahorro energético en los edificios, para el sistema de educación y formación profesional.
Iniciativas valoradas en la estrategia española
En lo que respecta a España, el documento destaca como buenas prácticas legislativas la actualización del Código Técnico de la Edificación (CTE), del Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), las nuevas normativas de autoconsumo y comunidades energéticas o el Informe de Evaluación del Edificio, entre otros.
El informe destaca también el Programa de ayudas para la rehabilitación energética de edificios existentes PAREER II y PAREER-CRECE, la inversión de 240 millones de euros para financiar la rehabilitación de edificios existentes, el Plan Estatal de Vivienda 2018-2021, la línea de financiación ICO, o los fondos FEDER para mejorar la eficiencia energética en edificios y áreas urbanas en relación con los objetivos de desarrollo sostenible.
Asimismo, se destaca la Agenda Urbana Española; la Ley 8/2013 de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas; o la propuesta de extender un 3% anual los requisitos de rehabilitación establecidos en el Artículo 5 de la Directiva de Eficiencia Energética. Las ventanillas únicas, la futura implantación del Pasaporte Energético de los edificios, así como la publicación de diferentes guías técnicas y explicativas, y las campañas informativas sobre el comportamiento energético, también han sido valoradas positivamente en el análisis de la CE.
Buenas prácticas de inversión
Teniendo en cuenta la estimación realizada en la estrategia Renovation Wave de que se requieren aproximadamente 275.000 millones de euros de inversión adicional para cumplir el objetivo climático del 55% para 2030, la evaluación de la CE analiza las previsiones en términos de garantizar una inversión adecuada y bien orientada.
En cuanto a estimular la contratación conjunta, el análisis de la CE destaca el «acelerador de la rehabilitación» holandés y el concepto finlandés de un «fondo común para el ahorro energético en las industrias» como ejemplos que ayudan a agregar proyectos en inversiones más grandes que son más fáciles de financiar y permiten la rehabilitación a gran escala de viviendas de alquiler. De manera similar, el programa checo PANEL, el Fondo de Fondos de Inversión de Chipre y el KommuneKredit danés, se consideran buenas prácticas de utilización de fondos públicos para potenciar inversiones adicionales del sector privado.
En referencia a los beneficios de los servicios de asesoramiento energético (y ventanillas únicas), este análisis destaca las experiencias de Países Bajos, Dinamarca, Chequia, Austria y Francia.
La estrategia Renovation Wave recomienda el uso de incentivos fiscales para fomentar la rehabilitación de edificios. El documento señala el sistema de deducción de impuestos en Alemania y Dinamarca, y las tasas más bajas de IVA para medidas de ahorro energético en Francia y Chipre, así como para el aislamiento y sus costes de instalación en Países Bajos.