El centro tecnológico Tecnalia ha ampliado su laboratorio de nanocelulosa, ubicado en Azpeitia (País Vasco), y ha incorporado tecnologías de última generación para convertirlo en una planta a escala semipiloto de producción de micro/nanofibras de celulosa, con sistema de alimentación automatizada, única en España, según indica Tecnalia.
Tecnalia trabaja desde hace casi 10 años en la extracción y valorización de nanocelulosa. Promueve el uso de este biomaterial a nivel industrial, y colaboran tanto con empresas que generan residuos con alto contenido de fibras de celulosa, como con fabricantes de materiales interesados en mejorar la circularidad y la sostenibilidad de sus productos empleando materias primas biobasadas.
El investigador de la línea de nanocelulosa en Tecnalia, Álvaro Tejado, explica que “partimos de una gran variedad de materiales celulósicos como fibra virgen, fibra tratada o residuos industriales. Diseñamos y desarrollamos distintos tipos de micro/nano fibras, y diversas funcionalidades para su revalorización, su uso y validación en distintas aplicaciones y sectores como el papel y cartón, pinturas y recubrimientos, adhesivos, embalaje, cementos y morteros, composites, etc., mediante métodos mecánicos. Estos pueden complementarse con tratamientos químicos y/o enzimáticos”.
El laboratorio combina el nuevo sistema de automatización para el tratamiento de grandes cantidades, con la tecnología pionera en el sector como el Masuko, una máquina que produce micro/nanofibras de celulosa a partir de una suspensión acuosa de fibras de celulosa, independientemente de su procedencia.
Biomaterial renovable, biocompatible y biodegradable
La nanocelulosa hace referencia a una familia de biomateriales, que se encuentran principalmente en las fibras de celulosa de árboles y plantas. Desde que se consiguieron aislar estas nanoestructuras, han despertado un creciente interés por su gran potencial para ser usadas en multitud de aplicaciones. Esta versatilidad se basa en sus propiedades fisicoquímicas, puesto que es un material renovable, biocompatible y biodegradable, y posee alta reactividad.
Permite un amplio rango de funcionalidades, presenta unas propiedades mecánicas intrínsecas altas y puede formar redes interconectadas. Además, tiene capacidad de modificar la reología de una mezcla (como espesante) y permite obtener materiales transparentes o translúcidos y con propiedades de barrera al oxígeno.
El sector de la bioeconomía en Europa es un sector en crecimiento, con grandes oportunidades de negocio, concretamente en mercados tradicionales como el papel y la fibra de papel. Tiene un gran potencial en el sector de packaging, tanto alimentario como industrial, debido al creciente interés en la sustitución de plásticos derivados del petróleo por otras alternativas bioderivadas, biodegradables y compostables.