El Pleno del Congreso de los Diputados aprobó ayer, 13 de mayo, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, cuyos objetivos son la reducción de emisiones y la mejora de la eficiencia energética para alcanzar la neutralidad climática antes de 2050, a través de medidas que incluyen el aumento de generación de energías renovables y el fomento de la rehabilitación energética de edificios.
El Consejo de Ministros podrá revisar al alza los objetivos establecidos para, entre otros fines, adaptarlos a la evolución de los avances tecnológicos y del conocimiento científico y cumplir con el Acuerdo de París y la normativa de la Unión Europea.
Reducción de emisiones y generación de origen renovable
Rehabilitación de edificios y desarrollo rural
A través de esta ley el Gobierno fomentará la renovación y rehabilitación de los edificios existentes, tanto públicos como privados, para alcanzar una mayor eficiencia energética y descarbonización en 2050. Por ello, en un plazo inferior a seis meses desde la entrada en vigor del texto, el Gobierno deberá elaborar un Plan de Rehabilitación de Viviendas y Renovación urbana.
En cuanto al desarrollo rural, el despliegue de las energías renovables deberá llevarse a cabo de manera compatible con la conservación del patrimonio natural y la adecuada ordenación territorial.
Por otro lado, las Administraciones Públicas fomentarán la mejora del conocimiento sobre los efectos del cambio climático en la salud pública y sobre las iniciativas encaminadas a su prevención. De igual forma, el Gobierno deberá revisar el tratamiento del cambio climático y la sostenibilidad en el currículo básico de las enseñanzas que forman parte del sistema educativo de manera transversal.
Mediante esta ley también se crea el Comité de Expertos de Cambio Climático y Transición Energética como órgano responsable de evaluar y hacer recomendaciones sobre las políticas y medidas de energía y cambio climático, incluidas las normativas. Para ello, deberá elaborar anualmente un informe que será remitido al Congreso de los Diputados y sometido a debate en el mismo, con la participación del Gobierno.
Entre otras medidas de la nueva normativa destaca también la prohibición de autorizaciones de exploración, permisos de investigación de materiales con propiedades radiactivas y de hidrocarburos o concesiones de explotación para los mismos, así como el ‘fracking’. El texto también prevé que se adopten las medidas necesarias para reducir paulatinamente las emisiones de los vehículos antes de 2040, de acuerdo con la normativa de la Unión Europea. Además, los municipios de más de 50.000 habitantes y los territorios insulares deberán adoptar planes de movilidad urbana sostenible antes de 2023.