La compañía especializada en productos químicos Sika está trabajando en ‘la regla de las tres R’: Reciclar, Reducir y Reutilizar sus productos para generar el menor número de residuos, disminuir las emisiones y contribuir a la lucha contra el cambio climático. En esta línea, Sika ha comunicado los datos especialmente representativos sobre la reducción de residuos peligrosos y no peligrosos generados en su planta ubicada en Alcobendas (Madrid).
En línea con la Estrategia de Sostenibilidad del Grupo, Sika España se ha comprometido a reducir un 15% la generación de residuos por tonelada vendida para 2023, y a incrementar hasta un 25% el residuo destinado a su reutilización. Para conseguirlo, la compañía se ha propuesto continuar con su política medioambiental que sitúa el reciclaje como la elección inteligente en todos los procesos de producción.
Reducción del 65% de residuos no peligrosos
En la planta madrileña, los residuos no peligrosos se han reducido un 65% con respecto a 2019. Destaca entre ellos el residuo escombro, que ha descendido un 48% debido a una mejor optimización de las limpiezas de las mezcladoras de morteros. Según explica Carlos Fortes, Quality Assurance Manager de Sika, “este residuo procede en un 40% de la arena que se usa para la limpieza de las mezcladoras. Gracias a la optimización de la programación de las fabricaciones se ha evitado que haya que cambiar constantemente de producto y, por lo tanto, se ha minimizado el número de limpiezas y la cantidad de residuo generado”.
También se ha reducido la cantidad de residuos de madera (-60%), papel y cartón (-98%) y plásticos (-70%). Esto ha sido posible gracias a una mejor utilización del film retráctil (plásticos), la reutilización interna de palets de materias primas para la preparación de residuos que salen de la fábrica (madera), y una reutilización interna del cartón que viene en los palets de envases.
Gestión de residuos peligrosos
También en la planta de Alcobendas, la utilización de residuos peligrosos ha descendido exponencialmente en 2020 en comparación con 2019. Así, el aceite usado y los ácidos inorgánicos se han reducido un 100%, mientras que el uso de adhesivos de resinas y masillas ha decrecido un 94% y las resinas obsoletas un 59%.
Tal y como indica la compañía, lo más destacable es la reducción del residuo licor madre, que puede provenir de aditivos caducados o de algunas aguas de limpieza, sobre todo de las líneas de fabricación de pinturas. “Descubrimos que estas aguas tenían un bajo contenido de sólidos y que se podían tratar en la planta de tratamiento de aguas de proceso de la fábrica. De esta manera se ha reducido un 37%, siendo el residuo que más pesa en el global”, argumenta Carlos Fortes.