La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) ha publicado el informe ‘Sostenibilidad urbana en Europa: vías para el cambio‘ que reúne el trabajo reciente de la agencia sobre la sostenibilidad ambiental urbana, desarrollado junto con las partes interesadas en el campo. El informe principal se publica junto con una evaluación del nexo urbano, que completa el paquete de informes urbanos de la AEMA.
Las nuevas evaluaciones y el trabajo anterior de la AEMA enfatizan que las ciudades tienen un papel clave en la transición de Europa hacia la sostenibilidad: las ciudades deben abordar los problemas económicos, sociales y ambientales de una manera integrada para lograr la sostenibilidad que incluye garantizar que las ciudades sean inclusivas, seguras y flexibles.
Factores para mejorar la sostenibilidad de las ciudades
El informe de la AEMA identifica varios bloques de construcción que son claves para mejorar la sostenibilidad de las ciudades, incluida la mejora de la calidad del medio ambiente local, la creación de capacidad de adaptación, la garantía de suficientes áreas públicas y naturales, el cambio a la energía renovable y la mejora de la eficiencia energética y de los recursos. Además, las ciudades deben mejorar la calidad del entorno construido, incluidas las viviendas, y garantizar la justicia social y la participación inclusiva en la toma de decisiones.
Si bien todas las ciudades son complejas y diferentes entre sí, el informe identifica algunos factores clave compartidos para mejorar su sostenibilidad. La cultura local, el conocimiento y la calidad de los datos pueden permitir o ralentizar las mejoras, y lo mismo ocurre con las nuevas tecnologías, la gobernanza y la gestión financiera.
Por último, el paquete presenta un ‘enfoque de nexo urbano’, que puede ayudar a identificar problemas u oportunidades que están vinculados y, como tal, respaldar acciones integradas y rentables. Por ejemplo, en muchos casos las ciudades pueden mejorar su resiliencia climática, la calidad de los espacios públicos, la facilidad de movilidad y la calidad del aire con acciones integradas y específicas. Las ciudades también pueden probar enfoques de sostenibilidad y desarrollar nuevas formas de medir la sostenibilidad, argumenta el informe.