El aumento de las olas de calor, las sequías y las inundaciones ya están superando los umbrales de tolerancia de plantas y animales. Estas son algunas de las conclusiones del informe ‘Cambio climático 2022: impactos, adaptación y vulnerabilidad‘ que ha publicado recientemente el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas. Los hallazgos del estudio refuerzan la necesidad de que Europa se vuelva más resiliente al clima y se prepare para los impactos inevitables de la crisis climática.
El informe del Grupo de Trabajo II constituye la segunda entrega del Sexto Informe de Evaluación (IE6) del IPCC, que se completará este año. Uno de los principales hallazgos del estudio es que el cambio climático inducido por la humanidad ya está afectando a la naturaleza y a las personas de manera más intensa, más frecuente y en un área geográfica más amplia de lo que se pensaba anteriormente.
Los incendios forestales están quemando una mayor superficie de tierra y los ciclones tropicales están causando mayores daños debido al cambio climático. Además, alrededor de la mitad de las especies estudiadas han desplazado sus hábitats hacia los polos o hacia altitudes mayores, y ya se han producido las primeras extinciones de especies provocadas por el cambio climático.
Por otro lado, el cambio climático ya está socavando la seguridad alimentaria y de agua, la productividad agrícola y la salud física y mental.
Medidas de adaptación al cambio climático
En las próximas dos décadas, el planeta afrontará diversos peligros climáticos inevitables con un calentamiento global de 1,5 °C. Incluso si se supera temporalmente este nivel de calentamiento, se generarán impactos graves adicionales, algunos de los cuales serán irreversibles por lo que se incrementarán los riesgos para la sociedad, en particular para la infraestructura y los asentamientos costeros de baja altitud. Y es que, el cambio climático constituye una amenaza cada vez más grave para el bienestar y la salud del planeta por lo que las medidas que se adopten en el presente determinarán la forma en que las personas se adaptarán y cómo la naturaleza responderá a los crecientes riesgos climáticos.
En este informe se brindan nuevas ideas sobre las posibilidades que ofrece la naturaleza para reducir los riesgos climáticos y, al mismo tiempo, mejorar la vida de las personas. Los ecosistemas sanos son más resilientes al cambio climático y prestan servicios indispensables para la vida como el suministro de alimentos y agua limpia. Así, al restaurar los ecosistemas degradados y conservar, con eficacia y equidad, entre el 30 % y el 50 % de los hábitats terrestres, marinos y de agua dulce, la sociedad puede beneficiarse de la capacidad de la naturaleza para absorber y almacenar carbono.
Por otro lado, el estudio ofrece una evaluación detallada de los impactos y los riesgos del cambio climático, así como la adaptación a este, en las ciudades, donde vive más de la mitad de la población mundial. La salud, la vida y los medios de subsistencia de las personas, al igual que los bienes y las infraestructuras esenciales, incluidos los sistemas de energía y de transporte, se ven cada vez más perjudicados por los peligros derivados de las olas de calor, las tormentas, las sequías y las inundaciones, así como de los cambios de evolución lenta, por ejemplo, el aumento del nivel del mar. No obstante, las ciudades también brindan oportunidades para la acción climática: los edificios verdes, el suministro fiable de agua limpia y energías renovables, así como los sistemas de transporte sostenibles que conectan las zonas urbanas y rurales pueden contribuir a una sociedad más inclusiva y justa.
Actuaciones de la Unión Europea
La Misión de la Unión Europea para la Adaptación al Cambio Climático desempeña un papel central en estos esfuerzos, apoyando al menos a 150 regiones y comunidades europeas para que se vuelvan resistentes al cambio climático para 2030.
En 2020, la Unión Europea y sus Estados miembros prometieron unos 23.390 millones de euros en financiación climática, de los cuales aproximadamente la mitad se gastaron en ayudar a los socios a adaptarse al cambio climático. Además, en la COP26, la Unión Europea comprometió 100 millones de euros al Fondo de Adaptación de las Naciones Unidas, ofreciendo financiación a los países en desarrollo vulnerables al impacto del cambio climático. Por su parte, la Estrategia de Adaptación de la UE busca que la adaptación sea más inteligente, más rápida y más sistémica, e intensificar la acción internacional sobre la adaptación al cambio climático.
El informe del año pasado analizó la base de la ciencia física para el cambio climático, mientras que el próximo informe del IPCC, que se publicará el próximo mes, analizará la mitigación del cambio climático mediante la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la eliminación de carbono de la atmósfera.