La sede de las Naciones Unidas en Nueva York acogió el pasado 28 de abril la reunión de alto nivel sobre el progreso en la implementación de la Nueva Agenda Urbana como aceleradora de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Allí se presentó el segundo Informe Cuadrienal del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, que recoge, entre otros aspectos, la labor de España en materia de políticas urbanas, la elaboración e implementación de la Agenda Urbana Española, la elaboración de las agendas urbanas de cinco comunidades autónomas, y los planes de acción local para su implementación en más de 100 ciudades y pueblos del país.
En la reunión, convocada por el presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, Abdala Shahid, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat), participó una delegación del Gobierno de España, encabezada por la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), Raquel Sánchez Jiménez.
Durante su intervención ante la Asamblea General, la ministra destacó que “el Gobierno de España reconoció la Nueva Agenda Urbana como una de las 10 políticas palanca para acelerar la Agenda 2030, en 2019 aprobamos la Agenda Urbana Española y en octubre de 2021 celebramos el primer Foro Urbano de España”. Además indicó que “cinco gobiernos regionales ya tienen o están en situación de disponer de su propia Agenda Urbana y unas 150 entidades locales colaboran con el Ministerio de Transportes Movilidad y Agenda Urbana para aprobar sus Planes de Acción Local para implementar la Agenda Urbana Española».
La Nueva Agenda Urbana reconoce a España
El Informe del secretario general destaca la labor de España en materia de políticas urbanas, reconociendo el desarrollo de reformas y mecanismos nacionales de coordinación, así como de procesos de planificación sensible al género, mencionando la implantación de normas técnicas en Extremadura y la ejecución de planes regionales y municipales en el País Vasco. Además, resalta la elaboración e implementación de la Agenda Urbana Española, que “estableció una serie de mecanismos innovadores de gobernanza que han facilitado la elaboración de las agendas urbanas de cinco comunidades autónomas (País Vasco, Andalucía, Extremadura, Cataluña y Valencia) y los planes de urbanismo de más de 100 ciudades del país”.
Por un lado, el documento destaca a Madrid como una de las ciudades que han contribuido a fortalecer los acuerdos y procesos institucionales internacionales al brindar contenido para el desarrollo de una guía global sobre localización de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Por otro lado, reconoce a Barcelona por las soluciones temporales que realizó como respuesta a la pandemia y que se han traducido en acciones a más largo plazo en el espacio público, como vecindarios de uso mixto, la movilidad activa y la regeneración urbana. Además, resalta que la ciudad está adoptando un enfoque de smart city centrada en las personas y desarrollando estrategias para la integración de los migrantes en asociación con el sistema de las Naciones Unidas.
Acelerar la implementación de la Agenda 2030
Las ciudades se enfrentan a desafíos demográficos, ambientales, económicos, sociales y espaciales sin precedentes. Se espera que seis de cada diez personas en el mundo residan en áreas urbanas para 2030, y aumentará hasta casi el 68% para 2050, según el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU.
La Nueva Agenda Urbana fue desarrollada para abordar los desafíos urbanos y promover la urbanización sostenible. Adoptada en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Urbanización Sostenible (Habitat III) celebrada en Quito, Ecuador, el 20 de octubre de 2016, establece estándares globales para el desarrollo urbano sostenible.
Cabe resaltar que es la hoja de ruta para acelerar la implementación de la Agenda 2030, en particular el Objetivo de Desarrollo Sostenible 11, junto con la acción climática, el empoderamiento de las mujeres, el compromiso local a nivel de ciudad, la resiliencia urbana y la construcción de sociedades pacíficas, inclusivas y participativas para ciudades habitables, al ofrecer una nueva forma para construir, gestionar y vivir en las ciudades. Sin embargo, seis años después de su adopción, pocos países cuentan con la gobernanza multinivel, las políticas nacionales, la planificación urbana inclusiva, la capacidad, la tecnología y el financiamiento necesarios para garantizar una urbanización sostenible.
Evolución hacia el desarrollo urbano sostenible
El informe establece que en 2020 el número absoluto de personas que viven en la pobreza extrema aumentó por primera vez desde 1997. Destaca que la pandemia de la COVID-19 ha expuesto las desigualdades sistémicas en las ciudades de todo el mundo, ha creado nuevas vulnerabilidades y ha empujado a cientos de millones de personas a la pobreza. El informe también señala que el déficit de vivienda se estima será de 440 millones para 2025 y que casi mil millones de personas (1 de cada 4 habitantes urbanos) viven en barrios marginales y asentamientos informales.
La inclusión social, económica y política de las mujeres es un desafío persistente en las ciudades, según el Informe, y la contaminación del aire sigue siendo un importante riesgo para la salud de las ciudades. Además, señala que la migración sigue creciendo en todo el mundo, de menos de 180 millones de personas en 2000 a más de 270 millones en la actualidad, afectando de manera desproporcionada a las ciudades.