El Cabildo de Gran Canaria ha aprobado su ‘Estrategia insular de adaptación al cambio climático e impulso de la economía baja en carbono’ que le permitirá minimizar las consecuencias adversas de este fenómeno mediante distintas líneas de actuación que requerirán una inversión estimada de 147,93 millones de euros hasta 2030.
La iniciativa supone un paso decisivo en las políticas climáticas del Cabildo y, al estar integrada en el proyecto Mac-Clima, supondrá también la transferencia de conocimientos y buenas prácticas al resto de socios, al tiempo que marca una hoja de ruta para mejorar la resiliencia climática en Gran Canaria.
Objetivos de la Estrategia insular
Esta Estrategia insular responde al sexto informe del panel internacional de expertos sobre el cambio climático, que plantea cinco posibles escenarios de subida de temperaturas. En los más graves, Canarias podría volverse un lugar prácticamente inhabitable en 50 años debido a las sequías, la desertización, los incendios forestales, el aumento del nivel del mar y fenómenos meteorológicos extremos.
Se ha diseñado con el objetivo de impulsar un modelo energético bajo en emisiones, incentivando la eficiencia energética y la integración de criterios bioclimáticos en la edificación; aumentar la resiliencia de la ciudadanía y de las infraestructuras frente a los eventos climáticos y sus consecuencias; y sensibilizar y formar a los grancanarios sobre el cambio climático.
Por otro lado, busca proteger el sector primario frente a las consecuencias provocadas por el calentamiento global, incrementar la resiliencia del sector turístico, fomentar la innovación para adecuarse al cambio, aumentar la resiliencia en relación con la gestión de las emergencias climáticas, adecuar la planificación territorial a las nuevas situaciones climáticas, incrementar la eficiencia del sistema de desalación, depuración y distribución del agua y fomentar la conservación de la biodiversidad insular.
Doce líneas estratégicas
El plan establece doce líneas estratégicas de acción enmarcadas en cuatro ámbitos. El primero se centra en la naturaleza y se basa en potenciar la biodiversidad marítima y terrestre, en una nueva gestión de los recursos hídricos y en el desarrollo de novedosas alternativas agrícolas. En estas actuaciones se estima invertir 39,5 millones de euros.
La segunda se refiere a las infraestructuras y proyecta su adecuación y la de los edificios y viviendas a las emergencias climáticas, además del fomento de la movilidad sostenible y el impulso e implementación del aprovechamiento de las energías renovables y de la economía circular y baja en carbono. Su coste aproximado se eleva a 88,62 millones de euros.
En el campo relacionado con la gobernanza, las metas son optimizar la coordinación administrativa, con la creación de un órgano de coordinación interadministrativa y observatorio del cambio climático, fomentar el conocimiento de la ciudadanía y promocionar microproyectos locales. Los costes serían de 15,765 millones.
El último marco de acción es el tecnológico y formula actuaciones en los sistemas de monitoreo y prevención, con el fin de conocer mejor las causas del cambio climático, su evolución, riesgos, impactos y oportunidades, para lo que se ha valorado un presupuesto de 4,05 millones euros.
Acciones del Cabildo de Gran Canaria
El Gobierno insular ya ha puesto en marcha distintas acciones, como la adhesión desde 2015 al Pacto de las Alcaldías de los 21 municipios y la elaboración de los planes de Acción para el Clima y la Energía Sostenible en todos ellos; y la identificación de los riesgos y vulnerabilidades de la isla, a través de un proyecto financiado por la Fundación Biodiversidad.
Igualmente, el Cabildo de Gran Canaria ha sido pionero en la aplicación de subvenciones al autoconsumo, tanto en viviendas y micropymes como en sus propias instalaciones; dispone de una red pública de cargadores de vehículos eléctricos en todos los municipios y lidera el proyecto Interreg ‘Mac-Clima’ para el desarrollo de políticas de adaptación al cambio climático. Por último, actualmente impulsa una comunidad energética industrial con la ayuda del programa para la transición energética en islas Nesoi.