Inaugurado el pasado mes de abril, el edificio Impulso Verde, cuya estructura está realizada de forma íntegra con madera local gallega, es el primer edificio en España en obtener la certificación FSC de proyectos que garantiza que toda la madera empleada procede de bosques gestionados de forma responsable y fuentes controladas.
Ubicado en el barrio multiecológico Lugo + Biodinámico, el edificio de uso público está destinado a servicios municipales, espacios coworking para empresas relacionadas con el medio ambiente y el cambio climático, zonas para exposiciones y aulas de formación.
Fachada realizada en su totalidad con madera local
El edificio Impulso Verde, de más de 18 metros de altura, consta de cuatro plantas y una superficie de 682 m2. La estructura principal y de fachada está realizada en su totalidad con madera local y está compuesta mayoritariamente por tableros de madera contralaminada (CLT) de pino radiata, cuya evaluación ha sido realizada por la Plataforma de Ingeniería de la Madera Estructural (Pemade) de la Universidad de Santiago de Compostela.
También cuenta con un sistema innovador de estructura de cubierta, formado por múltiples capas entrecruzadas de piezas de pequeña sección de madera de eucalipto.
“Garantizar la procedencia responsable de los materiales forestales utilizados en la construcción es un requisito necesario para asegurar la disponibilidad de los recursos a largo plazo. La certificación FSC de proyectos demuestra el compromiso de arquitectos y promotores con la gestión forestal sostenible y ofrece al usuario una seguridad, cada día más demandada y presente en las decisiones de inversión y compra”, destaca Gonzalo Anguita, director ejecutivo de Forest Stewardship Council España.
Ahorro energético de consumo energético de un 74%
El edificio de consumo casi nulo representa un icono de urbanismo sostenible, pues en su concepción se ha utilizado la madera como principal material constructivo y se han aplicado estrategias de muy diferente índole para lograr el máximo ahorro energético.
Ejemplo de ello es la distribución programática en función de la orientación, el uso de energías renovables, el aprovechamiento de la iluminación natural, la inserción de espacios activos de regulación térmica o el empleo de un sistema de gestión y control centralizado que permite reducir los consumos de los diferentes sistemas y equipos.
La envolvente térmica del edificio está diseñada utilizando soluciones ligeras de tipo pasivo que incluyen el empleo de elevados espesores de aislamiento y sellados para garantizar la estanqueidad al aire. Exteriormente está recubierta por un sistema de fachada tecnológica ventilada de pizarra local, un material natural de uso tradicional en Galicia.
Con ello, se logrará un ahorro de energía de un 74% respecto a los edificios de oficinas existentes y de un 54% respecto a los edificios de nueva construcción. Además, el carbono embebido en los materiales, o emisiones de CO2 procedente de la producción de los materiales empleados es un 90% menor que las emisiones de edificios de hormigón y acero (50 t frente a 470 t) y el edificio, gracias a la madera empleada, absorbe alrededor de 280 t de CO2, convirtiéndose en almacén de carbono.
La utilización predominante de madera y la integración de espacios intermedios ajardinados como zonas de descanso, conectan al usuario con la naturaleza. Los espacios intermedios ajardinados, que se asemejan a la galería tradicional gallega, funcionan como reguladores térmicos, que se abren y cierran de modo automático, según las condiciones climáticas externas.