Las obras en curso del Hospital Público Novo Montecelo, en Pontevedra, siguen avanzando a buen ritmo. La sostenibilidad ambiental de esta obra, avalada por el método BREEAM, establece un ahorro del 73,4% en emisiones de CO2, del 12,8% en demanda energética, y del 37,8% y 30% en consumo de energía primaria y agua. Por lo tanto, el edificio se erige como un ejemplo de eficiencia y un referente en construcción sostenible.
En conjunto, la Xunta de Galicia invertirá 155 millones de euros para dotar a Pontevedra y su área de un hospital de referencia. Las obras en curso consisten en la construcción de un nuevo edificio hospitalario con una superficie de unos 92.000 m2 repartidos en 10 plantas.
Las instalaciones constan de un edificio frontal, donde se ubicarán las consultas externas de hematología, medicina preventiva, cardiología o digestivo; y otra trasera para urgencias, el bloque quirúrgico, la UCI pediátrica o los laboratorios. Sobre esa zona de sótano se construirá un tercer bloque correspondiente al edificio del hospital.
Avalado por el método BREEAM
Los parámetros de eficiencia del proyecto Novo Montecelo en curso, que está transformando el concepto del edificio hospitalario, están avalados por el método BREEAM, referente internacional en la evaluación del grado de sostenibilidad ambiental de cualquier obra nueva, teniendo en cuenta su uso y sus particularidades.
La herramienta utilizada para analizar y medir el impacto ambiental del ciclo de vida (ACV) de los elementos del edificio hospitalario arroja una puntuación del 91%, según la metodología BREEAM.
Mediante este método, se analizan desde el diseño y la construcción hasta el mantenimiento, en un total de 10 categorías. Entre los aspectos que se evalúan se tienen en cuenta diferentes aspectos relacionados con la gestión, la salud y el bienestar de los usuarios, la energía, el transporte, el agua, los materiales empleados, la gestión de los residuos generados, el uso ecológico del suelo, la contaminación y la innovación.
Este método añade singularidad a la obra transformadora del Novo Montecelo, junto con la peculiaridad del diseño en ‘Z’ de la torre hospitalaria, la original distribución de los espacios, la ecología y construcción sostenible, las características de los materiales elegidos y el uso de fuentes de energía renovables.
Reducción de un 73% de las emisiones de CO2
Comparado con un edificio hospitalario de referencia, el Novo Montecelo consigue reducir un 73,4% las emisiones de CO2 y conseguir un ahorro del 12,8% en la demanda energética, del 37,8% en el consumo de energía primaria y del 30% en el consumo de agua.
Parte de esta eficiencia se debe al uso de paneles fotovoltaicos para la generación de energía eléctrica. Para la climatización se utiliza un sistema centralizado que suministra calor a cinco subestaciones distribuidas en planta sótano, segunda y cuarta planta. El resultado evoca una red de distribución urbana, donde una planta de frío, otra de recuperación y otra de calor suministran energía a la subestación con intercambiadores de calor que independizan ambos circuitos de agua.
La ventilación se realiza con acondicionadores de aire, mientras que para la producción de agua caliente el proyecto optó por la tipología de calderas de baja temperatura. La recuperación de calor de los equipos productores de frío se utilizará para precalentar el agua caliente sanitaria, que se suministra con equipos de bajo consumo. En el equipamiento del edificio hospitalario destaca también la utilización de un sistema de iluminación de alta eficiencia.
Los bloques de expansión están diseñados como contenedores modulares intercambiables. Así, su estructura se adapta a las diferentes distribuciones funcionales, mientras que la geometría de la respuesta a un programa de necesidades se resolvió con un edificio con basamento prismático de cuatro plantas, con planta técnica y con otras cuatro en forma de ‘Z ‘, destinado a hospitalizaciones, y por último, con una nueva planta de instalaciones.