El Parlamento y el Consejo Europeo han alcanzado un acuerdo provisional sobre la Ley de Restauración de la Naturaleza. La normativa establece el objetivo de restaurar al menos el 20% de las superficies terrestres y marinas de la Unión Europea para 2030 y todos los ecosistemas que necesitan restauración para 2050. Esta legislación es clave para combatir el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, además de reducir los riesgos para la seguridad alimentaria.
En junio de 2022, la Comisión Europea adoptó la propuesta de Ley de Restauración de la Naturaleza que tiene como finalidad mejorar el estado de la naturaleza mediante el establecimiento de objetivos y obligaciones vinculantes en una amplia gama de ecosistemas terrestres y marinos.
El Reglamento forma parte integrante de la Estrategia sobre la Biodiversidad de aquí a 2030 y ayudará a la Unión Europea a alcanzar sus compromisos internacionales, en particular el Marco Mundial de las Naciones Unidas para la Biodiversidad de Kunming-Montreal acordado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad de 2022 (COP15).
El Consejo y el Parlamento Europeo tendrán ahora que adoptar formalmente el nuevo Reglamento, tras lo cual la nueva ley se publicará en el Diario Oficial de la UE y entrará en vigor 20 días después. A continuación, los Estados miembros deberán presentar su primer plan de restauración de la naturaleza a la Comisión Europea en un plazo de dos años a partir de la entrada en vigor.
Ámbito de aplicación y objetivos del Reglamento
Las nuevas normas contribuirán a restaurar los ecosistemas degradados en los hábitats terrestres y marinos de los Estados miembros, a alcanzar los objetivos generales de la UE en materia de mitigación y adaptación al cambio climático y a mejorar la seguridad alimentaria. El Reglamento exige a los Estados miembros que establezcan y apliquen medidas para restaurar al menos el 20% de las superficies terrestres y marítimas de la Unión Europea de aquí a 2030.
El Reglamento abarca una serie de ecosistemas terrestres, costeros y de agua dulce, incluidos los humedales, los pastizales, los bosques, los ríos y los lagos, así como los ecosistemas marinos, incluidas las praderas marinas y los lechos de esponjas y corales. Exige a los Estados miembros que adopten medidas, de aquí a 2030, para restaurar al menos el 30% de los tipos de hábitats enumerados que se encuentren en malas condiciones.
Asimismo, los Estados miembros también deben establecer medidas para restaurar al menos el 60% de los hábitats en mal estado de aquí a 2040 y al menos el 90% de aquí a 2050.
Planes nacionales de restauración
Los Estados miembros tendrán que adoptar, a través de un proceso abierto, transparente e inclusivo, planes nacionales de restauración en los que se detalle cómo pretenden alcanzar estos objetivos. En consonancia con la posición del Parlamento Europeo, los países de la UE deben dar prioridad a las zonas situadas en espacios Natura 2000 hasta 2030. Los colegisladores también han acordado que, una vez que una zona haya alcanzado un buen estado, los países de la Unión Europea tratarán de garantizar que no se deteriore significativamente.
De aquí a 2030, los países de la UE tendrán que poner en marcha medidas con el objetivo de lograr una tendencia positiva en varios indicadores de los ecosistemas forestales. Al mismo tiempo, también deben plantarse otros 3.000 millones de árboles en la UE y al menos 25.000 km de ríos deben ser restaurados para convertirlos en ríos de flujo libre.
Los países de la Unión Europea también velarán para que, de aquí a 2030, no se produzca una pérdida neta en la superficie nacional total de espacios verdes urbanos y de cubierta arbórea urbana en las zonas de ecosistemas urbanos en comparación con 2021. A partir de 2030 deben aumentarlo, y el progreso se medirá cada seis años.