El Consejo de Ministros ha aprobado, a propuesta del Ministerio de Sanidad, el Plan Nacional contra el Radón. El plan describe los riesgos derivados de la exposición al mismo, analiza la situación en España con respecto a las medidas de protección y recoge las estrategias y actuaciones que se desarrollarán por las distintas administraciones durante un periodo de cinco años, para el control del riesgo para la salud de la población derivado de la exposición al gas. Uno de los ejes estratégicos del nuevo plan es la edificación.
El radón (Rn-222) es un elemento químico radiactivo perteneciente al grupo de los gases nobles, gaseoso, incoloro, inodoro, más denso que el aire y soluble en el agua y otros líquidos. Procede de la cadena de desintegración del uranio (U-238) que está presente en las rocas de la corteza terrestre.
Existe evidencia científica que demuestra la asociación entre exposición a radón en ambientes interiores y cáncer de pulmón, lo que ha hecho que el radón sea considerado como un problema para la salud pública. La finalidad del plan es proteger la salud del conjunto de la población, y las personas trabajadoras, en particular, frente a los riesgos de la exposición al gas radón.
Ejes estratégicos del Plan contra el Radón
El Plan Nacional contra el Radón se articula en torno a cinco ejes estratégicos: conocimiento e infraestructura básica; edificación; lugares de trabajo; zonas de actuación prioritaria; y comunicación y concienciación.
Estos cinco ejes engloban, a su vez, actuaciones para conocer la magnitud del problema, como evaluar la exposición de la población al radón y estimar su incidencia sobre la salud de la población, reducir la concentración de radón en los edificios o impulsar programas de formación específicos para los distintos agentes que intervienen en el ámbito de la edificación.
Otra de las actuaciones va a servir para potenciar la concienciación del público, los profesionales y administraciones sobre los efectos del radón en la salud y, en particular, en combinación con el tabaco. En este caso los efectos se encuentran notablemente aumentados, debido al efecto sinérgico de radón y tabaco.