La estructura impresa en 3D más alta del mundo se está preparando para su montaje en el pueblo de Mulegns (Suiza). La Torre Blanca (Tor Alva), creada por investigadores de la Universidad ETH de Zúrich, estará formada por 32 columnas que soportarán los cinco niveles del edificio. En la cima, un salón ofrecerá un espacio con 45 asientos para eventos culturales y presentaciones artísticas. La estructura, cuya construcción culminará en junio, se alzará a 30 metros de altura.
Este logro pionero demuestra las posibilidades de la impresión 3D para la construcción, la arquitectura y el medio ambiente: muestra cómo es posible una construcción más segura, más económica y más ecológica reduciendo los requisitos de materiales y las emisiones de CO2, y cómo la construcción puede volverse modular, circular y escalable.
Impresión 3D de hormigón
La estructura demuestra las innovadoras posibilidades del diseño asistido por ordenador y la fabricación digital que transformarán fundamentalmente los edificios convencionales en los próximos años. La tecnología de fabricación digital promete una innovación sustancial en la construcción. En comparación con los métodos tradicionales, la torre se puede fabricar de forma más económica porque los robots pueden realizar trabajos lentos, repetitivos o complejos.
La Torre Blanca estará hecha de hormigón mediante un proceso de impresión 3D desarrollado en ETH Zurich. En este novedoso proceso de fabricación, un robot aplica sucesivamente finas capas de hormigón de grano fino a través de una boquilla. El material es lo suficientemente blando como para bombearlo a la boquilla y adherirse a las capas anteriores, pero, gracias a un aditivo mezclado en la boquilla, cura lo suficientemente rápido como para soportar las capas posteriores.
Reducción de las emisiones de CO2
Una de las características especiales de la estructura de la torre es el uso de columnas de hormigón impresas en 3D que soportan carga. El propio material impreso en 3D transfiere las fuerzas (antes, las estructuras impresas en 3D solo se utilizaban como encofrado permanente). Esta innovación se logra, por un lado, superando los desafíos de integrar el refuerzo durante el proceso de impresión y, por otro lado, aplicando un nuevo concepto de diseño para las columnas portantes de hormigón impresas en 3D.
Esto permite la optimización de los elementos de hormigón impresos en 3D y mejora la eficiencia estructural al garantizar la seguridad de carga con un menor consumo de material. Mediante el uso de procesos robóticos de extrusión de hormigón, el hormigón se puede aplicar específicamente solo donde es necesario, reduciendo el consumo de material. El resultado de estas consideraciones son las columnas huecas y de paredes delgadas de la torre, que reducen las emisiones de CO2 ahorrando material.
Economía circular y reutilización
Este método de construcción evita desperdicios porque ya no requiere encofrado, ya que el hormigón no se vierte durante la impresión 3D, sino que un robot lo aplica en tiras extruidas. La eliminación del encofrado abre una nueva libertad en el diseño en cuanto a formas expresivas, detalles de superficie y cavidades, y es posible una producción rentable de componentes hechos a medida.
La torre se diseñará teniendo en cuenta conceptos de economía circular y reutilización para que pueda reconstruirse en otro lugar. El desmantelamiento de la Torre Blanca ya está previsto en la fase de planificación. El diseño modular permite montar y desmontar fácilmente los componentes individuales. Los elementos se unen en seco, es decir, sin adhesivo, mediante tornillos extraíbles. El pretensado en los elementos es otra estrategia para utilizar el hormigón de manera eficiente.