El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha licitado el proyecto de rehabilitación del Convento de las Freylas de Santiago para convertirlo en la sede del Instituto de Arqueología de Mérida. El presupuesto de adjudicación es de 6 millones de euros y las empresas interesadas pueden presentar sus ofertas hasta el 9 de septiembre, a las 14:00 horas.
El histórico edificio, ubicado junto a la Basílica de Santa Eulalia, tendrá un nuevo uso gracias al acuerdo firmado entre el Ayuntamiento de Mérida y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Será el CSIC, por tanto, quien se encargue de la rehabilitación del edificio y su posterior uso como sede del Instituto de Arqueología de Mérida.
El Ayuntamiento de Mérida decidió ceder el uso del antiguo convento al CSIC por 75 años. Se trata de un centro que se compone de tres patios, corral y varias edificaciones y que ocupa un espacio de 1.732 m2. No obstante, tal y como marca el convenio, se trata de una cesión temporal y el uso, como se rigen todos los bienes patrimoniales municipales, debe destinarse a utilidad pública o interés social siempre en beneficio de intereses públicos de carácter local.
Intervenciones de rehabilitación y restauración
El Consistorio emeritense, dueño del convento desde el año 2007, consigue de esta forma la rehabilitación y apertura de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad y que desde hace lustros se encontraba vacío y sin contenido.
Esta construcción, que albergó el antiguo convento de Santa Olalla de Freylas comendadoras de la orden de Santiago, será referente de las investigaciones arqueológicas de la ciudad albergando la sede del Instituto de Arqueología de Mérida. Para ello será necesario acometer intervenciones de rehabilitación y restauración en la edificación existente, así como intervenciones de obra nueva aprovechando la parte suroeste de la parcela.
La idea que subyace en la propuesta, según el diseño del arquitecto emeritense Rubén Cabecera, explica la idiosincrasia del monumento en su recorrido histórico. Las bóvedas y fachadas reflejan la realidad del monumento contextualizado en su historia. Se ha querido recuperar ambos conceptos y generar los espacios necesarios para la restauración, rehabilitación y nueva construcción de la sede del Instituto, así como para ordenar la plaza exterior ofreciendo una visión de conjunto a la basílica y al convento.