Molins Construction Solutions persigue el objetivo de la descarbonización total en 2050. Celia Pérez, Managing Director de Molins Construction Solutions, explica cómo la consecución de esta meta llevará a la compañía a expandir el catálogo de morteros especiales, sistemas de aislamiento térmico de edificios y prácticas de economía circular en un contexto en el que la rehabilitación es esencial.
CONSTRUIBLE: Molins ha unificado sus marcas comerciales en España (Cementos Molins Industrial, Promsa, Propamsa, Pretersa-Prenavisa y Precon) bajo una misma identidad. ¿Cuál ha sido la finalidad de aunar todas estas marcas?
Celia Pérez: La reciente transformación de la identidad corporativa de Molins Construction Solutions se enmarca dentro del objetivo de conseguir la descarbonización total en 2050. La unificación de todas las marcas está enfocada en reforzar su posicionamiento y consolidarse en un sector dinámico marcado por grandes desafíos sociales y económicos, con un firme compromiso hacia las personas y el medio ambiente.
Un sector que es clave para resolver los problemas de vivienda, que amenazan la buena marcha de la economía y el empleo, ya que obstaculizan la movilidad laboral de muchos trabajadores al impedirles alquilar o comprar un piso en las zonas con más demanda de trabajo.
CONSTRUIBLE: La construcción de todo tipo de infraestructuras, de edificaciones a carreteras y otras obras públicas, afronta su propia transformación con el objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2050. ¿Cuáles son los principales retos del sector?
Celia Pérez: En Molins Construction Solutions creemos que lo más urgente a nivel global es la defensa del planeta, avanzar en el camino hacia la descarbonización, contra las emisiones de gases de efecto invernadero del sector de la construcción en la UE. Estos han vuelto a niveles de 2016, con 50,3 millones de toneladas emitidas en 2023, según Eurostat.
Un descenso del 1,8% respecto a 2022 y del 6,8% respecto a 2021, que aún es insuficiente y que se produjo a pesar de un leve aumento en la actividad de la construcción en la UE y la eurozona. Así que en la empresa nos hemos propuesto no detener este ritmo descarbonizador por nada del mundo para conseguir un sector 100% sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Y para ello tenemos que seguir trabajando.
CONSTRUIBLE: La hoja de ruta Sustainability Roadmap 2030 de Molins incide en varias prioridades para construir un futuro neutro en carbono. ¿Qué metas se ha establecido la compañía para alcanzar la neutralidad de carbono?
Celia Pérez: Lo tenemos claro: queremos alcanzar el objetivo de ‘net zero’ para 2050. Y para ello hemos articulado un plan que recoge una importante inversión en innovación y sostenibilidad. Esto implica asimismo expandir el catálogo de morteros especiales, sistemas de aislamiento térmico de edificios y prácticas de economía circular. Tiene que ampliarse la oferta en esta dirección.
CONSTRUIBLE: Alineado con la nueva identidad, Molins ha lanzado al mercado Susterra, la nueva gama de soluciones que agrupa todos aquellos productos y soluciones de la empresa que permiten dar un salto significativo en el ámbito de la sostenibilidad. ¿Qué beneficios medioambientales presentan? ¿En qué medida vuestros productos contienen materiales reciclados o reciclables?
Celia Pérez: Susterra es una apuesta decidida por la sostenibilidad. Susterra es una gama de productos con atributos sostenibles, dichos atributos, a día de hoy están identificados por su impacto en: economía circular, descarbonización y salud y bienestar. La idea es que vayamos incrementando el porfolio de productos dentro de esta gama
Trabajamos a nivel global en soluciones innovadoras que abarcan hormigones con reducciones de emisiones superiores al 25%, morteros con más de un 2,5% de materia prima reciclada y el uso de materiales y combustibles de origen 100% reciclado.
CONSTRUIBLE: En España, además del cambio climático, una de las grandes preocupaciones de la ciudadanía es la vivienda. ¿Qué se juega España? ¿Cómo rebajar el problema?
Celia Pérez: En Molins somos absolutamente conscientes. Es más, a nivel global tenemos una orientación sostenible y, en lo que respecta a España, identificamos la cuestión del acceso a la vivienda y el envejecimiento del parque como prioritario, urgente, complejo y, por qué no decirlo, dramático: no admite soluciones simples.
Los problemas de vivienda que sufre España son tan importantes que podrían terminar estrangulando el buen comportamiento de la economía y el empleo, ya que obstaculizan la movilidad laboral de muchos trabajadores al impedirles alquilar o comprar un piso en las zonas con más demanda de trabajo.
Aumentar la oferta para relajar los precios es una necesidad, sobre todo, en las zonas más tensionadas. La patronal de la construcción, CNC, cifra esta necesidad en 150.000 viviendas nuevas anuales. Incrementar dicha oferta nos tiene que llevar a todos a sumar esfuerzos, reforzar la colaboración público-privada y pactar por incrementar la productividad y competitividad de cada empresa del sector en la búsqueda de soluciones urgentes a uno de los principales desafíos existenciales a los que nos enfrentamos como sociedad.
CONSTRUIBLE: Por último, ¿el sector de la rehabilitación está preparado para el envejecimiento? ¿Por qué no existe en España una cultura de la rehabilitación? ¿Estamos ante una situación preocupante?
Celia Pérez: La situación nos preocupa mucho teniendo en cuenta la situación de los hogares en España: el 83% de las viviendas no cumplirán con los requisitos mínimos en materia de eficiencia energética en tan solo 10 años. La patronal de distribución profesional de materiales para la edificación y rehabilitación, Andimac, estima que este año se reformarán 1,8 millones de viviendas, solo un 1% más que en 2023. Igualmente, en 2024 va a producirse una caída de los visados de rehabilitación del 8,5% (similar al de 2023).
En España solo se inician la mitad de las viviendas que los hogares que se constituyen (en el último trienio se han creado 805.256 hogares frente a las 403.230 viviendas construidas), lo que ilustra el acelerado envejecimiento del parque.
Los actores públicos y privados, ante la ocasión de promover una cultura de la reforma entre las familias y las pequeñas comunidades de propietarios, deberían tenerlo más fácil en un contexto favorable como el actual gracias a las ayudas comunitarias. Existen en marcha acciones como por ejemplo la de potenciar la figura de los agentes de rehabilitación energética del canal profesional, o la de impulsar la elaboración de los Libros del Edificio, un documento técnico que incluye un diagnóstico de cada bloque de viviendas y un plan de actuaciones que ayudará a los propietarios a garantizar el buen estado del edificio para las próximas décadas.
Sin duda. La razón principal es que hay una gran dificultad en la canalización y ejecución de los fondos europeos NextGenerationEU, especialmente las partidas destinadas a eficiencia energética y rehabilitación, que son dos pilares esenciales del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Asimismo, el sector inmobiliario acaba de pedir un Pacto de Estado para rehabilitar 300.000 viviendas al año. Necesitamos remar en la misma dirección. Solucionar este problema es uno de los retos existenciales que nos acechan.