Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) cuenta con una nueva promoción de vivienda pública sostenible. La promoción de 38 viviendas es una de las cuatro pruebas piloto del proyecto europeo Syn.ikia, una iniciativa que tiene como fin la creación de edificios y barrios sostenibles de balance energético positivo. El edificio incorpora diversas medidas de eficiencia energética, como sistemas de calefacción y agua caliente centralizados de alta eficiencia, un sistema fotovoltaico instalado en la cubierta para maximizar la energía solar y un sistema de gestión inteligente para optimizar el consumo.
La promoción de 38 viviendas de alquiler social que ha construido el Instituto Catalán del Suelo (Incasòl) es una de las cuatro pruebas piloto que se enmarcan en el proyecto europeo syn.ikia, donde Incasòl participa con el Instituto de Investigación del Energía de Cataluña (IREC). Las pruebas se han realizado Noruega, Países Bajos, Austria y Cataluña, correspondientes a diferentes regiones climáticas.
Este proyecto innovador, que forma parte de un plan más amplio de regeneración urbana, es pionero en Cataluña. El excedente energético que genere el edificio se compartirá con los edificios públicos del entorno, como el Centro de Salud Fondo (CAP Fondo) y otros edificios residenciales gestionados también por Incasòl, creando una sinergia energética en la zona.
Edificio de energía positiva
De las 38 viviendas del edificio de energía positiva, seis se destinan a familias con resolución favorable de la Mesa de Emergencias, una vivienda está destinada a personas con necesidad de vivienda adaptada, 10 viviendas son para personas menores de 35 años y el resto han ido para contingente general. El precio de las rentas de alquiler que van a pagar los arrendatarios oscila entre 365 y 486 euros mensuales, según las características y dimensiones de la vivienda.
Buscando la máxima eficiencia energética y sostenibilidad, el edificio se ha construido pensando en los materiales utilizados así como en los elementos arquitectónicos necesarios para aprovechar al máximo los recursos energéticos naturales. Además, el edificio cuenta con paneles fotovoltaicos que permiten disponer de un exceso de electricidad de fuente renovable que se comparte con otros edificios públicos. También cuenta con un sistema centralizado de bombas de calor que calienta tanto el agua de calefacción como el agua caliente sanitaria que se utiliza en las viviendas.
Una de las novedades de este proyecto es la figura del gestor energético, que será el encargado de gestionar la energía centralizada del edificio, supervisar el mantenimiento y facturar a los residentes el consumo de energía térmica. Se trata de una figura poco habitual en el sector de la vivienda pública y que supone una prueba piloto para comprobar si se puede mejorar la gestión energética en este tipo de edificios.