La Comisión Europea ha anunciado la entrada en vigor de la nueva Directiva revisada que establece límites y valores objetivos de calidad del aire más estrictos que deben alcanzarse de aquí a 2030. Entre otras cuestiones, la normativa reduce a más de la mitad el valor límite anual permitido para el principal contaminante atmosférico, las partículas finas (PM2,5). Se trata de un paso importante para proteger la salud de los europeos y avanzar en el camino hacia la contaminación cero para 2050.
La contaminación atmosférica sigue siendo la causa medioambiental número uno de muertes prematuras en la Unión Europea, con alrededor de 250.000 fallecimientos al año en Europa. En octubre de 2022, la Comisión Europea propuso una revisión de las normas de calidad del aire de la UE como parte integral del plan de acción de contaminación cero de la Unión Europea en el marco del Pacto Verde Europeo.
La nueva Directiva europea se alinea con las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y actualiza los estándares de calidad del aire, reduciendo los niveles permitidos para doce contaminantes del aire: partículas (PM2,5 y PM10), dióxido de nitrógeno (NO2) y óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SO2), ozono (O3), monóxido de carbono, benceno, benzo(a)pireno, arsénico, cadmio, níquel y plomo.
Revisión de los estándares de calidad del aire
Una revisión periódica de las normas de calidad del aire, en consonancia con las últimas pruebas científicas y los avances sociales y tecnológicos, ayudará a situar a la Unión Europea en la trayectoria adecuada para alcanzar el objetivo de contaminación cero del aire de aquí a 2050. Estas revisiones garantizarán que la calidad del aire en la Unión Europea mejore progresivamente hasta alcanzar niveles que ya no se consideren nocivos, en consonancia con los esfuerzos por lograr la neutralidad climática.
La Directiva revisada también garantizará la adopción de medidas tempranas para lograr un aire más limpio. Si en los próximos años los niveles de contaminación atmosférica superan los nuevos estándares de 2030, los Estados miembros tendrán que analizar si están en condiciones de cumplir la legislación a tiempo y, en caso necesario, adoptar medidas para garantizar el cumplimiento de aquí a 2030.
También apoyará a las autoridades locales reforzando las disposiciones sobre seguimiento y modelización de la calidad del aire y ayudará a mejorar los planes de calidad del aire. Los Estados miembros podrán disponer de más tiempo para cumplir las nuevas normas en determinadas circunstancias. Las prórrogas deberán justificarse mediante un análisis exhaustivo y acompañarse de una hoja de ruta que demuestre cómo se mejorará la calidad del aire cuando se cumplan los plazos de cumplimiento aplazados.
Indemnización por daños a la salud
La legislación revisada garantizará que las personas que sufran daños a la salud debido a la contaminación atmosférica tengan derecho a recibir una indemnización en caso de infracción de las normas de calidad del aire de la UE. También aportará más claridad sobre el acceso a la justicia, sanciones efectivas y mejor información pública sobre la calidad del aire y sus efectos sobre la salud humana.
Los Estados miembros disponen ahora de dos años para adoptar las disposiciones legales, reglamentarias y administrativas necesarias para transponer la Directiva revisada. La Comisión Europea adoptará legislación secundaria (actos de ejecución) para complementar las nuevas normas y facilitar su aplicación.