El futuro desarrollo urbanístico Solana, ubicado al norte de Madrid, entre los barrios de La Moraleja y Valdebebas, constará de 1.393 viviendas, de las cuales el 46% serán de protección pública. Diseñado bajo principios que buscan minimizar el impacto ambiental, el proyecto contará con más de 290.000 m2 de zonas verdes, integrando corredores peatonales, carriles bici y sistemas de drenaje sostenibles.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, acompañado por representantes de las instituciones políticas y públicas de Madrid, promotoras implicadas y los miembros de la junta de compensación, ha colocado la primera piedra del futuro desarrollo urbanístico situado en el distrito de Hortaleza.
El proyecto, que será financiado y ejecutado por la junta de compensación del ámbito con la supervisión del Área de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento de Madrid, ordena los usos y las edificaciones de forma que el paisaje urbano se integra con el medio natural en una relación respetuosa y productiva para ambos.
Casi 1.400 nuevas viviendas, el 46% protegidas
Solana consta de una superficie de más de un millón de m2, de los cuales el total edificable es de 289.669,65 m2. En este nuevo entorno se construirán 1.393 viviendas, entre unifamiliares y colectivas, de las que 637 (el 46%) dispondrá de algún tipo de protección. De ellas, el Ayuntamiento de Madrid promoverá 422. Los equipamientos, tanto públicos como privados, ocuparán una superficie excepcionalmente amplia, respondiendo a la necesidad de cubrir carencias detectadas en el entorno urbano.
Por otro lado, las infraestructuras públicas estarán estratégicamente situadas, conectándose con el sistema de zonas verdes y las principales vías, además de ser fácilmente accesibles a pie para los residentes. Además, los equipamientos privados se integrarán en las fachadas más visibles y urbanas, ubicándose en áreas de transición que conecten los bordes del sector con las zonas residenciales, creando un entorno armónico y funcional.
Reforestación y red de drenaje sostenible
Con un diseño basado en principios que buscan minimizar el impacto ambiental y mejorar la calidad de vida, Solana integra estrategias avanzadas y comprometidas con el entorno natural. La disposición de los edificios sigue un eje norte-sur, aprovechando las diferencias de nivel del terreno para optimizar el flujo de viento y el control del soleamiento. Esto permite generar corrientes que eliminan la necesidad de energía adicional para calefacción y reducen significativamente los requerimientos de refrigeración durante el verano.
Por su parte, se destinan 290.000 m2 a espacios verdes que incluyen corredores peatonales con senderos y caminos que priorizan el tránsito peatonal y no motorizado y carriles para bicicletas. La reforestación y la biodiversidad es otra de las principales características del proyecto, con la plantación de más de 4.600 árboles que darán continuidad al parque forestal Felipe VI, cuyo principal objetivo es fomentar la regeneración de la vegetación y la creación de hábitats para la fauna local. Además, incorpora una red de drenaje sostenible para la recogida de agua de lluvia que complementa el uso eficiente de los recursos hídricos.