Comunicación presentada al V Congreso Edificios Energía Casi Nula:
Autores
- Carlos Bermúdez Alonso, Arquitecto, Estudio Bher Arquitectos
- Diana Hernando Navarro, Arquitecta y Máster en Proyectos Arquitectónicos Avanzados, Estudio Bher Arquitectos
Resumen
La obtención del Primer Premio en el concurso “Renove Manoteras”, convocado por la fundación COAM y patrocinado por el Ayuntamiento de Madrid, nos dio la oportunidad de rehabilitar un edificio dentro de un contexto específico: la obra se costea casi en su totalidad con subvenciones públicas y donaciones, por lo que la propuesta tiene que resolver la mejora energética y la accesibilidad mediante soluciones técnicas sencillas y económicamente viables. Se expondrá el contexto previo y el proceso constructivo de las obras, analizando la mejora energética -contrastando los valores teóricos de proyecto con los resultados obtenidos-, y añadiendo la experiencia directa de los vecinos. Nuestro proyecto ha resuelto exitosamente la integración en el entorno de esta rehabilitación, y en el marco de una regeneración urbana más amplia.
Palabras clave
Rehabilitación Energética, Eliminación de Barreras Arquitectónicas, Renovación Urbana
Introducción
Este proyecto es resultado de un Concurso de Ideas convocado por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid bajo el título «Renove Manoteras». El concurso buscaba soluciones de rehabilitación integral para dos bloques en el barrio de Manoteras; en este caso concreto el ubicado en San Pedro de Cardeña 50, tipología de dos edificios pareados simétricos, de 5 plantas de altura y dos viviendas por planta.
El objetivo era renovar la vida útil de un edificio con un alto grado de degradación, mejorando por un lado sus prestaciones energéticas mediante la rehabilitación de la fachada, y por otro eliminando las barreras arquitectónicas, dado que no existía ascensor y todas las viviendas debían superar tramos de escaleras para acceder a ellas. La iniciativa del concurso surge por la simultaneidad en el tiempo de dos subvenciones públicas que podían suponer un importante empujón para aquellas comunidades de propietarios interesadas en rehabilitar sus edificios, pero que no disponían de los importantes recursos necesarios para acometer las obras. Por una parte, estaban las ayudas del Plan Estatal de Vivienda 2013-2016, gestionadas por la Comunidad de Madrid. Por otro lado, el nuevo Plan Mad-Re, impulsado por el Ayuntamiento de Madrid. Además, las dos comunidades de propietarios seleccionadas por el Colegio de Arquitectos para participar en el concurso disponían de aportaciones extraordinarias por parte de la Fundación Annie Johansen a través de la Fundación Arquitectura del propio Colegio. El sumatorio de todas las ayudas ha supuesto que las obras de rehabilitación hayan podido ejecutarse con un coste muy reducido para los propietarios.
El proyecto
El proyecto es una respuesta técnica a la excelente oportunidad que brinda el plan Renove Manoteras de mejorar las condiciones de vida de los vecinos de San Pedro de Cardeña nº50, y reavivar así una barrio constructivamente degradado y alejado de los estándares de confort actuales.
La intervención no solo ha solucionado las patologías existentes y supuesto una contundente reducción de la demanda energética, sino que además ha dotado al conjunto de una imagen actual, única y amable, en la que el nuevo volumen del ascensor se integra completamente en el edificio: no agrede ni anula estéticamente lo existente, acomodándose a ello sin generar divisiones entre “lo viejo y lo nuevo”.
Mediante la superposición de sistemas de control solar en las fachadas, se ha simplificado el trazado de las mismas. Ha habido por lo tanto un acercamiento a la sencillez de su composición original, pero respetando la individualidad y diversidad de huecos que ha dejado el paso de los años y las transformaciones debidas al uso. Igualmente se ha resuelto la ocultación de vistas de elementos estéticamente perjudiciales, como las máquinas de aire acondicionado o tendederos.
Antecedentes y estado previo
El edificio pertenece al conjunto del poblado dirigido de Manoteras, una de tantas barriadas madrileñas construidas en una época y circunstancias muy concretas, y que por lo tanto presentan unas características urbanas y constructivas también particulares.
Promovido en la década de 1960, el edificio que nos ocupa, como todos en la zona, había sufrido numerosas modificaciones con respecto a la obra original. Los propietarios habían cerrado terrazas, variado huecos, y añadido elementos a las fachadas, adaptando las viviendas a sus necesidades al mismo tiempo que desdibujaban la unidad del conjunto y envejecían la imagen de la construcción.
Descripción y justificación de la propuesta
Entorno y paisaje urbano
La máxima que rige la propuesta de intervención es la del respeto de lo existente y la unidad del conjunto, siendo conscientes además del perjuicio sobre iluminación y vistas que una actuación desmesurada podría haber causado a los ocupantes de las viviendas y al resto de vecinos de la zona.
El hecho de que el edificio pertenezca a un poblado, entendido como conjunto urbano único, hace que cualquier intervención en el mismo deba ser en todo caso respetuosa con el entorno, huyendo de cualquier tipo de agresividad que anule o ridiculice lo existente.
Es inevitable que, por motivos de accesibilidad, aparezca un nuevo volumen por delante del edificio. Se ha buscado que dicho cuerpo tenga el menor impacto posible sobre lo anterior, respetando además la composición original.
La propuesta ha tenido que ser aprobada por distintos departamentos del Ayuntamiento de Madrid, y se ha aprobado como única solución posible para esta tipología de construcción, por pertenecer a un «conjunto homogéneo».
Propuesta arquitectónica
El interés de nuestra propuesta arquitectónica radica precisamente en su capacidad para dar al edificio una imagen nueva y actual, fruto de la respuesta directa a las necesidades de eficiencia energética y accesibilidad.
Desde la sencillez y la economía ha sido posible escapar de banalidades, y creemos que el Nº50 de la Calle de San Pedro Cardeña es hoy ejemplo de rehabilitación energética respetuosa, sin necesidad de alardes constructivos y habiendo evitado la reproducción indiscriminada de patrones de acabados, como está sucediendo en numerosas rehabilitaciones energéticas.
Se ha utilizado un único material de acabado de fachada de tal forma que el fondo blanco es lienzo neutro y soporte para el resto de elementos; y se ha aplicado de forma continua, sin cambios de colores ni cercos ornamentales en las ventanas.
El mismo acabado se ha utilizado en el nuevo volumen del ascensor, de forma que queda unido al antiguo edificio con la mayor naturalidad posible, evitando poner el foco de atención sobre lo nuevo, y apostando por una imagen integradora.
Propuesta de eficiencia energética
Una de las mayores dificultades a la que nos hemos enfrentado ha sido la de conseguir los objetivos energéticos y de homogeneidad de las fachadas requeridos (tanto en la normativa urbanística como en las bases de las subvenciones) sin la sustitución de las carpinterías existentes.
En un primer vistazo se hace evidente la actual disparidad de huecos en las fachadas, tanto en las dimensiones de los mismos, como en el tipo de carpintería. Dichos huecos dispares ocupan además la gran mayoría de la superficie de la fachada principal. La solución a este problema se convirtió eventualmente en el elemento más característico de la propuesta. Por delante de la fachada principal se superpone una segunda fachada ligera, compuesta por un sistema de “persianas/toldos” proyectables de color amarillo, que cumple de forma eficaz las siguientes funciones:
- La homogeneización de las fachadas sin la sustitución de las carpinterías existentes, y por tanto sin anular la individualidad de las viviendas, ya que a día de hoy las ventanas están totalmente vinculadas a los usos interiores de las viviendas.
- Las persianas proyectables, además de oscurecimiento, cumplen la función de toldos (la fachada principal está orientada al suroeste), permitiendo el control solar en verano y consiguiendo así un ahorro muy importante en refrigeración.
- Ocultación de máquinas de aire acondicionado, sin impedir su normal uso.
- Se posibilita el cambio no simultáneo de las carpinterías en etapas posteriores, pudiendo instalar las nuevas ventanas sin persianas, eliminando por tanto puentes térmicos, sin que todo esto suponga perjuicio alguno al resto del edificio.
El resto de soluciones para la rehabilitación energética son soluciones estándar de tipo pasivo y basadas fundamentalmente en el aislamiento de la envolvente térmica, adecuándonos al contexto económico de la intervención:
- Aislamiento continuo de fachadas con sistema S.A.T.E., en color blanco, con aislamiento de poliestireno expandido (EPS) de 8 cm de espesor.
- Aislamiento de cubierta, mediante levantado de teja y reposición de la misma tras la colocación previa de impermeabilización y aislamiento térmico de 8cm de poliestireno extruido (XPS) de 10 cm de espesor.
Gracias a las medidas aplicadas, y según los certificados energéticos de proyecto, hemos conseguimos una mejora mínima de 2 letras en todos los parámetros del certificado energético del edificio. En estos momentos nos encontramos en proceso de monitorización de consumos, que nos permitirán ver que los resultados obtenidos se ajustan a los cálculos teóricos de proyecto.
Accesibilidad universal
Sabemos que el 100% de las viviendas deben ser accesibles, y además queremos que los itinerarios para usuarios de sillas de ruedas a todas ellas se produzcan siempre a través de ascensor y no con salva escaleras, que generarían situaciones de discriminación.
Como hemos explicado, las dimensiones del portal previo eran inferiores a las necesarias para colocar en su interior un ascensor y escaleras que cumplan con lo establecido en el CTE-DB-SUA. Ha sido necesario por lo tanto ocupar vía pública, siendo muy cuidadosos con las limitaciones técnicas que esto tiene a la hora de bloquear vistas o luz natural a las viviendas, o también de cara a la reducción de la acera o el número de aparcamientos para coches.
Las escaleras, que mantenemos en el interior de los núcleos existentes, son de un solo tramo recto, de ancho 90cm –admitido por el C.T.E. en el caso de colocación de ascensores en edificios de uso residencial existentes- y disponen de mesetas de llegada de ancho no inferior a 1,20m y sin puertas a menos de 40 cm del primer peldaño del tramo.
Nuestra propuesta se ha adaptado además completamente a las distintas normativas urbanas, muy en especial a la Ordenanza del Ayuntamiento de Madrid sobre Instalación de Ascensores en Fachada de Edificios Construidos de Uso Residencial, en la que se establece que “la solución planteada permitirá el correcto funcionamiento del espacio público”, y que limita la reducción de las aceras a un mínimo de 1,20 metros.La principal dificultad a la hora de acceder al edificio era salvar la distancia que separaba las viviendas de la planta primera de la cota de calle utilizando el ascensor. Para evitar la colocación de salva escaleras, nuevas torres desproporcionadas en el exterior o la excesiva ocupación de la vía pública, ha sido necesario buscar otra solución para llegar al portal a la cota de acceso a estas viviendas. Para ello hemos adosado una rampa a la fachada del edificio, aprovechando el desnivel natural de la calle, que nos ha permitido salvar parte de esta cota. De esta forma la llegada al portal es para todos a un único nivel y a través de un itinerario accesible sencillo, en el interior y en el exterior.
Conclusiones
No estamos ante una rehabilitación que busca el «consumo de energía casi nulo»; para conseguirlo sería necesaria una intervención mucho más global, y que afectase no solo a fachadas, sino también a instalaciones individuales y comunitarias.
En el contexto en el que nos encontramos no se dan las condiciones sociales ni económicas necesarias para ese tipo de intervención. En primer lugar, porque estamos en edificios habitados, y hacer obras en el interior de las viviendas no solo tendría mayores implicaciones económicas sino que también supondría la necesidad de desalojar el edificio durante las obras. Además, dado el espectro social de algunas de estas barriadas, la inversión pública en modo de subvenciones sería inviable o desmesurada. Sin embargo, sí estamos ante un modelo que mejora sustanciosamente las prestaciones energéticas del edificio, ajustándose a esas limitaciones.
Los edificios que componen los barrios prioritarios a los que están destinadas las ayudas públicas representan un porcentaje muy alto en el parque inmobiliario de la ciudad. Es por ello, que la obtención de una reducción de dos letras en el consumo de energía en todos ellos, supondría un ahorro energético del que no solo se benefician individualmente los propietarios de las viviendas, sino que se convierte en una importante aportación en la reducción de las importaciones de energía primaria y las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel estatal.
Desde un punto de vista urbanístico, estas intervenciones pueden ser además una oportunidad para renovar la ciudad, prolongar la vida útil de barrios degradados más céntricos en contra de la salida de los ciudadanos a la periferia. Sería interesante también aprovechar la oportunidad para acometer otras problemáticas urbanas relacionadas, tales como el soterramiento del cableado aéreo eléctrico, o la actualización de las instalaciones de agua y de saneamiento. Parece conveniente por otro lado establecer unos criterios comunes que eviten que estos barrios acaben convertidos en un muestrario de soluciones constructivas. Actualmente el Ayuntamiento de Madrid clasifica las diferentes tipologías en “conjuntos homogéneos”, en el que obliga a seguir una solución específica en términos de accesibilidad para todos los edificios que formen parte de esa misma tipología. Podría existir a su vez un criterio común para la rehabilitación de las fachadas. De tal forma que, sin ser totalmente restrictivo, dado el carácter privado de los edificios, sí evitase la pérdida de la homogeneidad en los barrios.