Comunicación presentada al VI Congreso Edificios Energía Casi Nula
Autores
- Victorino Arranz Basagoiti, Responsable Servicio de Patrimonio, Metro de Madrid
- María Luz de Baldasano Valdés, Servicio de Patrimonio, Metro de Madrid
Resumen
Metro de Madrid S.A., asume el reto de abordar una iniciativa, en la que se agruparán diversos centros de control del transporte, en la parcela donde se encontraban las Cocheras de Plaza de Castilla. El enunciado del proyecto nace con una clara vocación de integración urbana, ya que la topografía de la parcela se convierte en el principal reto para asegurar la permeabilidad e integración con la trama urbana. Así mismo, el creciente compromiso de nuestra Compañía, de las Administraciones Públicas, y de la sociedad en general, con las cuestiones ambientales, nos da pie para “aflorar” al espacio sobre rasante y aplicar medidas de sostenibilidad, que llevamos años implementando de forma paulatina a la infraestructura que gestionamos, con la voluntad de tratar el proyecto, desde los pliegos hasta su finalización, con las herramientas necesarias para poner a disposición de los futuros usuarios, un conjunto de edificios de energía casi nula.
Palabras clave
Integración, Renovación, Sostenibilidad, EECN, Metro de Madrid
Introducción
Cuando Metro de Madrid decide acometer este proyecto, en el año 2013, apuesta desde el principio por la sostenibilidad y la eficiencia energética. Desde entonces, el proyecto se ha desarrollado con las variaciones propias de este tipo de intervenciones, pero en ningún momento se cuestionó que se dejara de apostar por la eficiencia, en todas las facetas que se iban presentando.
Antecedentes
El alcance de este proyecto tiene un gran impacto, ya que tiene su origen en la decisión de aglutinar en un mismo enclave a muchos trabajadores que prestaban servicio en 8 edificios diferentes y dispersos en la ciudad de Madrid. He aquí el primer paso en la reducción del consumo de energía: la decisión estratégica de unificar a los trabajadores en un mismo punto de la ciudad.
Además, se daba la circunstancia de que cada uno de los edificios tenía una situación concreta que justificaba la oportunidad de la operación: existía una imperiosa necesidad de rehabilitar la sede actual, otro de los edificios incurría en gastos de alquiler, existía dispersión entre los departamentos a nivel interno, etc.
Ya hubo un primer concurso para construir la Nueva Sede de Metro en el depósito de Canillejas. Los pliegos fueron exigentes en términos de eficiencia energética y certificaciones ambientales, a pesar de que apenas había precedentes en pliegos de estas características, y menos aún por parte de una Administración o Empresa Pública. El primer aprendizaje de este primer pliego fue que se concretaron poco los requisitos en eficiencia energética, con el objeto de dar libertad a los participantes en su propuesta, tanto en arquitectura como en instalaciones. Se observó que, en la mayoría de los casos (no todos), primero iba la arquitectura, y como añadido se dejaba la intención de que el edificio contaría con alguna de las certificaciones ambientales del mercado, sin entrar en mucho detalle.
Sin embargo, el devenir de los acontecimientos llevó a un nuevo cambio estratégico: la ubicación de la Nueva Sede y el alcance de la intervención. Metro volvió a convocar un concurso para la Nueva Sede en el depósito de Plaza de Castilla (más céntrico que Canillejas) y se incorporaron un aparcamiento, un espacio urbano central y otros tres edificios. Surgió, por tanto, la oportunidad de volver a ser más concreto y específico en lo que se solicitaba en los pliegos. Y esta vez se acertó más.
Contexto
¿Cómo empezamos? Superar el arranque fue un reto en sí mismo, debido a que:
- Metro de Madrid es una empresa dedicada al transporte ferroviario, con una escala de infraestructura mayoritariamente soterrada. La edificación se concibe como parte de la infraestructura, y ese enfoque marca una distancia con las realidades de la edificación.
- La última vez que se acometió un proyecto de nueva sede social fue hace 50 años y las necesidades eran muy diferentes; un cambio de sede no es algo que se acometa todos los días, hubo que incorporar perfiles técnicos específicos para ello.
- El Centro Integral del Transporte tiene una doble naturaleza: se trata de edificios, y a la vez, infraestructura. Esta dualidad añade más complejidad al proyecto, en tanto los requerimientos técnicos se multiplican y, en ocasiones, nos encontramos con intereses opuestos.
Retos y claves
Si tuviéramos que destacar los puntos que, en esta experiencia, han resultado determinantes en la gestión del Centro Integral del Transporte como EECN, serían cuatro:
- la redacción de los pliegos
- identificar y dar forma a las necesidades
- la coordinación de las licitaciones asociadas a la ejecución de este complejo
- cómo se interiorizan las nuevas formas de usar el edificio, por parte de todos los agentes
Considerando que el control del presupuesto es algo inherente en todo proyecto.
Redacción de pliegos
Los pliegos, tanto en la parte administrativa como en la técnica, incluían que se debía dar cumplimiento a EECN. ¿Cómo? Aún no se sabía, era un camino que se estaba definiendo en la propia normativa, pero se especificaba que se tenía que dar cumplimiento según se fueran definiendo los edificios. Se optó por insistir, incluso repetir, los requisitos energéticos, tanto en el PCP como en el PPT por una razón: es muy habitual que, en los concursos o licitaciones, sean perfiles diferentes los que leen cada parte de los pliegos, dándose un perfil legal o contractual, otro perfil más arquitectónico, que es el que suele llevar el peso de la propuesta técnica, y un equipo de ingeniería. Los pliegos se redactaron de forma que todo iba de la mano.
En concreto, las bases administrativas del concurso, especificaban lo siguiente:
“En cuanto a la eficiencia energética y medioambiental, estrategias pasivas, se valorará el grado de definición y transmitancias de la envolvente térmica, sistemas de atemperamiento exterior de la envolvente, sistemas de atemperamiento interior del edificio, aportación de esquemas de soleamiento y sombras según estación, descripción gráfica y grado de alcance de iluminación natural prevista, medidas para asegurar el confort del ambiente interior, tratamiento de los espacios exteriores, elementos de movilidad sostenible (superar el mínimo de la norma en aparcamiento de bicis, recarga eléctrica, etc…), medidas de reducción del consuo de agua potable y previsión de la gestión de los residuos.
En cuanto a la eficiencia energética y medioambiental, estrategias activas e instalaciones propuestas, se valorará la descripción, ubicación y características técnicas del sistema de climatización o HVAC, y ACS, de los sistemas de iluminación, de telecomunicaciones, de seguridad, de fontanería, del saneamiento, del sistema de energía renovable, especificando a qué sistema de instalaciones complementa y del Sistema integral de gestión de las instalaciones. Se valorará la demanda y el consumo energético previstos para todas las instalaciones…”.
Los pliegos técnicos solicitaban, por una parte, unos criterios arquitectónicos a aplicar que incluían, entre otros, lo siguiente:
“Se busca una solución eficiente que integre la energía, los sistemas portantes, ls climatización, la luz natural, la orientación, la gestión del agua y del espacio. Primarán las estrategias de diseño en favor de un bajo aporte energético para su funcionamiento, buscando ante todo reducir la demanda de energía y de recursos naturales; también deberá de considerar la dirabilidad de la edificación y urbanización a lo largo de su vida útil.
En términos espaciales, el diseño del conjunto responderá a un equilibrio entre la funcionalidad y la obtención de espacios adaptados al confort de los usuarios que van a habitar la arquitectura. Los principios de optimización marcarán la propuesta, sin que ello vaya en detrimento de la calidad de la misma.
Debe proyectarse una oficina con flexibilidad de espacios. La configuración de los puestos de trabajo, despachos y dependencias, deben ser diseñados conel objetivo de que las distintas y posibles configuraciones de las zonas administrativas tengan la mínima incidencia a la hora de modificar las instalaciones de los edificios”.
En cuanto a los criterios ambientales, los pliegos técnicos incorporaban dos apartados:
- Directamente incluía que “…se deberá hacer una propuesta que dé cumplimiento a la definición de EECN…”
- un anexo dedicado a la Directiva 2010/31/UE sobre EECN, destacando que en términos energéticos “adquiere una gran importancia la reducción de la demanda (edificios pasivos) y el aumento de la eficiencia en las instalaciones de las edificaciones, así como su relación e interacción con los espacios exteriores.”
También señalaba dicho anexo, como puntos a tener en cuenta:
- Gestión y tramitación en Fases de Proyectos y Ejecución de las obras
- En el Desarrollo de los proyectos técnicos, construcción, gestión y mantenimiento de la ejecución del complejo, todos los agentes implicados (promotor, arquitectos, constructora y usuarios) trabajarán conjuntamente para definir las soluciones más apropiadas.
- Primar la calidad y la eficiencia a medio y largo plazo a un coste asequible, frente a las consideraciones económicas a corto plazo.
- Minimizar los plazos de ejecución de las obras (…), se deberá invertir un mayor esfuerzo en la redacción del proyecto de ejecución deode se detallesn fases, planificación y orden de ejecución, reflejando los parámetros que dictan los diferentes oficios (…).
- Espacios exteriores y urbanización de las parcelas:
- Fomentar el uso de microclimas, beneficiosos al usuario (…), estudiar el soleamiento, humedad y corrientes de aire en la parcela, así como la repercusión de la edificación en la misma. Fomentar los espacios exteriores con vegetación, soleados y protegidos del viento en invierno, y zonas de sombra atemperadas (con humedad y/o corrientes de aire agradables) en verano.
- Evitar el efecto “isla de calor” en pavimentos exteriores, con suelos permeables con vegetación y empleo de tonos claros en la pavimentación no permeable.
- Envolvente térmica:
- Tratamiento de fachadas que permita ventilación natural de espcios interiores en las condiciones de mayor eficiencia.
- Composición constructiva de fachadas y cubiertas apropiadas par obtención de calificación A, con elección de materiales cuya inercia térmica favorezcan el comportamiento térmico del edificio, con aporte necesario de aislamiento térmico y acústico, evitando puentes térmicos en encuentros entre estructura y fachada y considerando los espacios en sombra proyectada y los expuestos a la radiación solar.
- Tratamiento de cubiertas para evitar el efecto isla de calor, con empledo de vegetación y/o materiales con acabados en tonos claros.
- Huecos en fachada adaptados a su orientación correspondiente y diseñados para aprovechamiento óptimo del aporte de luz natural, aporte solar pasivo en invierno y periodos de entretiempo, protección solar de los huecos orientados a sur, etc.
- Carpinterias RPT y vidrios bajo emisivos
- Consideración de la durabilidad, uso y mantenimiento a la hora de escoger materiales y sistemas constructivos.
- Funcionalidad, lenguaje e identidad de los espacios:
- Considerar una zona preferente de salas, y dotar de instalaciones preparadas para ello, de cara a futuros cambios programáticos.
- Puestos de trabajo con un clima saludable: sin frío ni calor, sin deslumbramiento, etc.
- Zonas comunes y escaleras que fomenten los recorridos a pie frente al uso inmediato de ascensores.
- Otras consideraciones:
- Ascensores con alta calificación energética.
La clave fue entrar al detalle, ya que los licitadores se aseguran de no incumplir lo solicitado, o al menos a Metro le daba derecho a solicitar alguna de estas cuestiones si no estaban contempladas en las propuestas.
Concretar necesidades
En esta ocasión, el carácter dual que tiene el proyecto entre edificación e infraestructura, obligaba a conjugar el mundo de la edificación (menos habitual en Metro que la red) con el del entorno ferroviario (gran desconocido, en general, para los arquitectos e ingenieros que se dedican a la edificación).
Internamente, para Metro fue un reto decidir qué quería y cómo lo quería. Cuando llevas tantos años haciendo lo mismo, en la misma oficina, mismo emplazamiento, etc., no conoces otra cosa, y te preguntan ¿qué quieres? Puedes llegar a estar muy perdido. Primero, porque necesitas saber el Benchmarking en el mundo de las oficinas, y segundo, porque en las necesidades de aporte de energía, requisitos de telecomunicaciones y seguridad, Metro debía afinar mucho para garantizar las redundancias que se piden en la red, a la vez que se es eficiente energéticamente. A continuación, se muestra la incidencia que tuvieron las nuevas necesidades en el nuevo edificio, si se comparan las superficies destinadas a uso de oficina, zonas comunes y zonas técnicas en proporción, en la sede actual y en la nueva. Hay un incremento notable en la superficie destinada a zonas comunes y zonas técnicas.
La clave es una buena coordinación interna entre los distintos departamentos, con interlocutores proactivos, con ganas de aprender y adaptar soluciones nuevas. Deben introducir en su día a día este proyecto como uno más de los que se están desarrollando, incluyendo en sus rutinas un proyecto extraordinario.
Licitaciones
La coordinación en la licitación de las obras del complejo es crucial para garantizar la coherencia en los requisitos que se piden, aunque más allá de la coherencia que debe estar presente en cualquier proyecto (en el que se agrupan cuestiones de naturalezas variadas), debemos hacer mención a la coherencia “temporal”. En las administraciones, la gestión de las iniciativas supone manejar períodos de tiempo muy dilatados, en las solicitudes de contratación y posteriores licitaciones, y se hace imprescindible realizar un cronograma o previsión de las acciones que hay que acometer en cada proyecto, debidamente sincronizadas y con la antelación previa (meses e incluso años) suficiente para que los trabajos tengan la continuidad necesaria.
Así mismo, en el aspecto documental, hay que redactar con el mayor detalle los PPT de las licitaciones, especialmente los documentos jurídicos con incidencia contractual, como son los Pliegos de Condiciones. Asimismo, conviene garantizar un buen control de calidad y una correcta puesta en marcha de las instalaciones, abarcando el comienzo de la vida útil del edificio, la calibración de las mismas una vez pasado un ciclo de un año, y los años posteriores. Se puede tener un edificio preparado para EECN, que, si no se usa correctamente, puede consumir mucho más de lo esperado. Esto hay que preverlo en las licitaciones.
Nuevas formas de uso del edificio
Las nuevas formas que conlleva el uso de un EECN, en los hábitos de uso de los usuarios, en el mantenimiento, en la gestión de los espacios e incluso la incidencia en los horarios y zonificación restringida cuando hay poco personal, merecen especial atención.
Un ejemplo es la decisión estratégica en el modelo de trabajo que tomó Metro, sobre tener “puesto flexible”, que no es más que dejar el puesto de trabajo libre y despejado para que lo pueda utilizar otra persona fuera del horario de uso habitual por un empleado. El puesto puede ser asignado, pero cuando uno termina su jornada laboral, o no está ese día en la oficina, ese puesto queda libre. Es como una biblioteca o el autobús: las personas que lo utilizan constantemente tienden a ocupar el mismo sitio, pero una vez no lo están usando, se libera. Este gesto permite reubicar a empleados cuando hay pocos, por ejemplo, en horario no habitual (en el caso de Metro, por las tardes) o en temporadas de vacaciones. Se inhabilitarían “X” plantas de oficinas, que dejan de consumir en iluminación y climatización. Esa mejora supone, en los estudios previstos, un ahorro en el consumo.
La clave está en vencer la resistencia al cambio de los usuarios, para lo cual hay que implicarles en el proyecto, ilusionarles, informarles de las motivaciones que llevan a tomar decisiones de cambio y formarles en cómo hay que usar esos espacios.
Conclusiones
Como conclusión principal, se puede ver que, además de la parte técnica, ampliamente superada en nuestro país gracias al grado de profesionalidad y excelencia de los agentes de la edificación que componen el mercado, la parte “humana”, de gestión y coordinación de proyectos, toma de decisiones, cómo se comunica, cómo se gestiona el cambio en las organizaciones, es crucial para superar las barreras que plantea un proyecto EECN.
La voluntad estratégica de conseguir alcanzar estos objetivos energéticos es determinante.
Agradecimientos
Agradecemos el interés, actitud de colaboración, y gran trabajo aportados por nuestros compañeros de Metro en una iniciativa que les ha obligado a “cambiar el chip” de su día a día, y participar en un proyecto tan transversal como único; nuestra empresa se dedica a los trenes y a la infraestructura, y durante todo este tiempo hemos hablado con ellos, además de instalaciones, de arquitectura, urbanismo, sostenibilidad e interiorismo. A Jardín 1, autores de una propuesta que nos ilusiona. También a las Administraciones a las que hemos acudido, por el entusiasmo mostrado en esta fase inicial de redacción y elaboración de documentos, en las que su ayuda y apoyo ha sido un impluso de energía. Y a la Comunidad de Madrid y la Consejería de Transportes, Vivienda e Infraestructura, por su apoyo y su impulso.
Referencias
- Directiva 2010/31/UE.
- Pequeño manual del edificio sostenible, de Francoise-Helene Jourdá. Editorial GG.
- Un Vitrubio ecológico, principios y práctica del proyecto arquitectónico sostenible, de Carlos Hernández Pezzi. Editorial GG.