Comunicación presentada al VII Congreso Edificios Energía Casi Nula
Autor
- Iñaki Alonso Echeverria, ECOMETRO
Resumen
El reto medioambiental para esta década 2020/30 en el sector de la edificación es su descarbonización tal y como reza el lema de la VII edición este Congreso de Edificios de Energía Casi Nula. Ya estamos haciendo un gran trabajo en la descarbonización de los edificios en la fase de uso de los mismos. Hemos desarrollado normativa y técnica para hacer los edificios cada día más eficientes y el sector de la energía está en plena revolución con un crecimiento importante de las energías renovables tanto en el mix energético nacional, como en contrataciones 100% de renovables y en la incorporación in situ en los edificios de sistemas principalmente fotovoltaicos. Pero tenemos que afrontar la fase de construcción y para ello necesitamos generar herramientas, bases de datos y procesos que nos hagan más fácil el cálculo y medición de los impactos ambientales, el ACV (análisis de Ciclo de Vida) y Huella de Carbono derivados de la extracción de materiales y la construcción de los edificios.
Palabras clave
Descarbonización, base de datos, ACV, certificación, medición de impacto, compensación, eficiencia energética, energías renovables, glocal, huella de carbono, minimización de impacto, común.
Introducción
Para afrontar el reto de la descarbonización en esta próxima década en el proceso de construcción de edificios necesitamos poder poner unos cimientos sólidos en su análisis y cálculo y para ello proponemos la necesaria colaboración de diferentes agentes implicados en este reto. Necesitamos una base de datos estable, abierta, oficial, gratuita y común. Presentamos la base de datos desarrollada por Ecómetro para el Instituto Torroja (CSIC), con el apoyo de la Oficina Española de Cambio Climático para que todos y todas podamos medir con el mismo criterio. Esta presentación también es una invitación a todos los agentes implicados a mejorar y evolucionar la base de datos desde una perspectiva del dato como un bien común.
Antecedentes
En el congreso internacional de construcción sostenible en Barcelona SB14, ya hace 6 años presentamos una ponencia desde la asociación titulada “ECOMETRO y las Declaraciones Ambientales del Edificio DAE” hablando de la necesidad de generar una certificación tipo III de los edificios, lo que llamábamos una Declaración Ambiental del Edificio (DAE) basándonos en la metodología de ACV (Análisis de Ciclo de Vida) y en el desarrollo de las DAPs (Declaraciones Ambientales de producto). La metodología y regulación del ACV avanza y poco a poco se van creando más DAps pero hasta que no haya un marco regulatorio global y una exigencia administrativa y/o fiscal no va a dar el gran salto. Hay mucho camino por recorrer y se avanza despacio, pero está claro que la dirección es la necesaria.
En breve el sector de la construcción tiene que salir de los sectores difusos. Los sectores difusos abarcan las actividades no sujetas al comercio de derechos de emisión. En teoría representan aquellos sectores menos intensivos en el uso de la energía, pero solo el sector residencial es responsable de más del 30% de las emisiones de CO2. Está previsto que en breve estos sectores pasen a ser actividades sujetas al comercio de derechos de emisión.
Por último, es previsible que en poco tiempo se regule todo el mercado del Carbono, una tarea pendiente para la próxima cumbre de cambio climático en Glasgow y que se ha pospuesto un año por el COVID. En breve tendremos un marco nacional e internacional adecuado para empezar a contabilizar el impacto del sector de la construcción y mantenimiento de edificios en el calentamiento global.
La construcción de lo común
Partiendo de un marco global sobre las tendencias actuales podemos afirmar que estamos en un resurgimiento importante de la cultura de lo común. Una de las características más relevantes de nuestro sistema actual es hacer la guerra cada uno por su cuenta. En un sistema y una sociedad mecanicista y reduccionista, lo que entendemos como el paradigma científico, hemos perdido la conexión entre departamentos, instituciones y diferentes agentes que trabajan sobre sistemas similares.
El reduccionismo es la máxima expresión de este contexto científico: separa cada caso y lo analiza a fondo sin tener en cuenta el contexto global, así simplificamos y evitamos resolver la complejidad de las relaciones entre instituciones que tienen un fin común. Esto nos ha llevado a grandes descubrimientos y a avances muy importantes, pero hemos perdido la noción del todo, la visión más holística. De esta manera, hemos desarrollado numerosas herramientas muy interesantes, desarrolladas por agentes diferentes, y sobre aspectos similares, como por ejemplo el CICLOPE (2009-2010), ENERBUILCA (2010-2012), SOFIAS, ENSLIC, PRESCO, EXTERNE, SUR EURO, etc. Esta herramientas desarrolladas con programas europeos en su mayoría se han quedado en un cajón en cuanto se ha terminado la financiación. Mucho dinero invertido y todavía no hemos conseguido desarrollar un sistema de medición práctico y estable que sea reconocido públicamente y sea fácilmente usable. Las razones de su fracaso son tres:
- Las metodologías utilizadas son complejas exigen un esfuerzo extra considerable para los técnicos.
- No existe una base de datos oficial y estable de información ambiental.
- La financiación se termina y los receptores abandonan los proyectos porque no hay interés en el mercado.
Es curioso como habiendo unos objetivos comunes tan definido en estos momentos como es el de los ODS (Objetivos de desarrollo Sostenible) y un riesgo tan alto para la humanidad como el que padecemos con el calentamiento global sigamos sin ser capaces de ponernos juntos a trabajar en un objetivo común. Hay sectores que lo están haciendo y cada vez hay más sociedad civil trabajando en lo que autores como Christian Laval y Pierr Dardot denominan “La revolución de lo común”.
Obviamente lo común significa transversalidad y complejidad. Ponerse de acuerdo es más difícil, hay que poner por delante lo común frente a intereses particulares; es más sencillo que cada agente tome sus propias decisiones sin tener que construir una interlocución. Por otro lado hay diferentes recorridos, hay mucho capital particular invertido que se quiere capitalizar económicamente Esto ha funcionado en un contexto de bonanza, teníamos de todo y venía mucho dinero de Europa, hemos desarrollado un montón de trabajo y de herramientas y nos hemos permitido que acaben en un cajón sin generarnos ningún complejo. Seguirá viniendo mucho dinero de Europa pero lo que ya no queda es tiempo.
Frente a esta desconexión entre diferentes programas y una estructura de pensamiento exacerbado han surgido muchas iniciativas en la última década que nos muestran que lo común y un pensamiento sistémico está en pleno desarrollo. Estamos en la era de la cultura colaborativa y la revolución de lo común. Iniciativas como el compartir conocimiento de la ética hacker, el copy left frente al copy right, el código abierto, el cohousing, coworking, coeverything, la economía del bien común, etc. Esto lom podemos observar en sectores tan tradicionales como la economía, en los últimos 10 años dos premios nobel han sido asignados a dos trabajos sobre la economía del bien común. La primera mujer premio Nobel en Economía, Elionor Ostrom, marcó un punto de inflexión en 2009 con su trabajo sobre los bienes comunes. Más adelante, en 2014 ganó el Nobel de Economía Jean Tirole, que posteriormente publicó “La economía del bien común”, un libro donde incita a los estados a reconstruir el bien común.
Esta reflexión sobre lo común la tenemos que trasladar a la necesidad de construir valores comunes para avanzar en el la introducción de la sostenibilidad en la edificación, y en este caso a entender las bases de datos como un bien común, abierto, transparente y compartido.
Estabilidad del dato
Estamos a las puertas de empezar a tener en cuenta las emisiones de CO2 derivadas de los procesos de construcción y de generar una regulación del mercado de carbono dentro de los objetivos del acuerdo de París de 2015 por lo tanto es importante que nos pongamos de acuerdo en cómo afrontar este proceso y establecer acuerdos para ello.
El concepto de estabilidad probablemente es el más importante para que podamos afrontar un proceso equitativo y con garantías. La situación actual es muy confusa, cada actor coge el dato de una base de datos diferente o se genera una base de datos propia en función a sus criterios, los hay mejores y peores. Para una puesta en común apropiada y un cálculo objetivo es necesaria la creación de una base de datos abierta y estable que dé rigor y homogeneidad a los datos medioambientales que están en proceso de creación.
Es cierto que estamos en un momento de incipiente creación de metodología y de análisis de datos para poder introducirlo en el análisis de los procesos constructivos, pero no puede generar desconcierto y batallas aisladas cuando la intención general es construir ese marco común que establezca unas reglas claras para el análisis de la sostenibilidad en la construcción. En este contexto creemos que es necesaria una base de datos medioambientales que sea oficial, abierta, transparente, y estable. y entre todos los agentes intervenir en la mejora de la calidad del dato de esa base de datos.
Esto evitará las batallas actuales que se están produciendo en el contexto de la Huella de Carbono, con diferentes iniciativas privadas en el cálculo de Huella de Carbono pero sin una base de datos única, transparente y clara no vamos a poder comparar y avanzar conjuntamente en el proceso de cálculo de ACV. Estas herramientas han surgido por una demanda clara del sector de servicios de la construcción, sobre todo de las certificaciones, para poder hacer un análisis del impacto en Huella de Carbono y de esta manera poder ofrecer alternativas.
Necesitamos una base de datos nacional con valores estimados de referencia (VER) y donde poder introducir las diferentes DAPs de los fabricantes de producto de la construcción que las vayan desarrollando. En Europa podemos encontrar las siguientes bases de datos ambientales:
- ELCD Data base Europa
- ECOINVENT Suiza y Alemania
- IVAM LCA Holanda
- BOUSTEAD MODEL U.K.
- IDEMAT 2001 Países Bajos
- BABI DATA BASE Europa
- ETH-ESU Suiza
- GEMIS Alemania
Desde ECOMETRO queremos presentar en este congreso y poner en común de forma gratuita el trabajo realizado de desarrollo de una base de datos a nivel nacional para el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc), un centro oficial del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), perteneciente al Área de Ciencia y Tecnología de Materiales. La base de datos IETcc será una base de datos abierta y gratuita, con información ambiental estable y oficial, apoyada por la Oficina Española de Cambio Climático, que se denomina OPENDAP. Esta base de datos está en proceso de desarrollo y albergará los datos medioambientales divididos en tres calidades de dato:
- Calidad 1: DAPs de fabricantes específicos, son los datos más objetivos.
- Calidad 2: DGs datos genéricos, son datos estimados de otras DAPs similares
- Calidad 3: VER Valores Estimados de Referencia, son datos recogidos de bases de datos generales, a las que tenemos acceso libre pero no podemos comprobar todo su proceso de obtención de los datos.
El futuro del análisis medioambiental de los edificios se dibuja a través de la incorporación de las DAPs en los sistemas de medición, es decir las diferentes bases de precios, y añadiendo la parte derivada del transporte y la vida útil de cada producto. Mientras que no se disponga de esa base de datos de DAPs tendremos que trabajar con información de datos genéricos (DGs) o valores estimados de referencia (VER). Se hace necesaria la creación de un marco consensuado que permita desarrollar los estudios de ACV con un grado suficiente de rigor, credibilidad y transparencia. Aunque se ha recorrido un largo camino en el alineamiento y armonización internacional de las RCP de diferentes sistemas DAP, la robustez, transparencia y veracidad sólo se alcanzará cuando éstas se conviertan en normativa de aceptación internacional (Subramanian et al. 2012).
Conclusiones
Los últimos informes del IPCC son bastante dramáticos, nos queda poco tiempo y es necesario en esta década tomar medidas coordinadas. Cada vez tenemos más herramientas para coordinar coordinarnos y existe una inteligencia colectiva que tiene que atravesar también a las instituciones y ponerla a trabajar en un fin común. Desde Ecómetro a través del trabajo realizado para el CSIC de forma gratuita pone a disposición de todos los actores una base de datos de Carbono y el resto de categorías de impacto de la norma UNE como un punto de partida para empezar a trabajar una base de datos común que venga respaldada por los agentes más importantes del sector, Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, GBCE, Ministerio de Industria, Consejo Superior de Arquitectos de España, CSIC, ASPRIMA, etc. Todos debemos trabajar en la misma dirección desde una perspectiva transversal, holistica y con un reto común, avanzar lo más rápido posible en la descarbonización de la edificación.
Agradecimientos
A todas las personas de Ecometro Asociación sin ánimo de lucro que trabajan intensamente para la medición y difusión de la ecología en la arquitectura.